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Channel: Los árboles invisibles Poesía de la Gran Guerra, 1914-1918
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Frederick E. McWilliam: El cuerpo y sus (no) partes.

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"Matriach" (1935) madera de cerezo

Hace unos días se subastaron en Sotheby’s, en Londres, obras de arte que pertenecieron a David Robert Jones (David Bowie). 

De entre las casi 500 piezas del extraordinario catálogo, había tres esculturas de Frederick Edward McWilliam (1909-1992), entre ellas un modelo preliminar para su “Princess Macha”, escultura que representa a la fundadora de uno de los primeros hospitales que se conocen (300 a.C.) de Irlanda, llamado “Broin Bearg” o “Casa del Dolor”.


Nacido en Banbridge (Irlanda del Norte actualmente), Frederick E. McWilliam (“Mac” para sus allegados) estudió en el Belfast College of Art (1926-1928) y en la Slade School of Art, ya en Londres. 
Pensaba dedicarse a la pintura, pero la influencia de su profesor, escultor y  Jefe del Departamento de la Slade, A. H. Gerrard, le decidió.
En sus años de estudiante conoció a Henry Moore  a través de su amigo  y también escultor George MacCann, alumno de Moore en el Royal College of Art, ya una figura artística a nivel internacional.

Tras graduarse, recibió la Robert Ross Leaving Scholarship, con la que viajó a París a comienzos de la década de los años treinta, junto con su esposa, la pintora Beth Crowther.

Musée de l'Homme, Paris 

En París contaron con un studio en la Porte D'Orléans, y conocieron a otros artistas europeos como Ossip Zadkine, Constantin Brancusi, Alberto Giacometti y Jean Arp.

Pero la estancia no fue duradera: La caída de la libra esterlina entre 1932 y 1933 les hizo regresar a Inglaterra, alquilando una casa en Chartridge, Buckinghamshire. 

Es entonces cuando comienza a tallar la madera con más rigor, especialmente la de cerezo de la zona, influenciando por las visitas al Museé de l’Homme, de París, y sus exposiciones de arte primitivo africano, experimentando con la representación de la figura humana.

Arte africano y Oceánico, exposición en la Pigalle Theater Gallery, 1930 
(French Society of Photography, París)


En 1936, asistió a la Exposición Surrealista Internacional de Londres; este viaje influyó notablemente en la concepción de su obra posterior. 

Se uniría al British Surrealist Groupproduciendo piezas en piedra como "Eye, Nose and Cheek" (1939), que constituyen una valiosa aportación a la escultura surrealista.



En la International Surrealist Exhibition, Londres (1936) 
Diana Brinton-Lee, Salvador Dalí (en traje de buzo), Rupert Lee, Paul Éluard, Musch Éluard, ELT Mesens © Tate Archive

Durante la Segunda Guerra Mundial permaneció en Inglaterra, analizando fotografías de reconocimiento aéreo, hasta el periodo 1944-1946, en el que fue destinado a la India. 
Enseñó dibujo y escultura en Bengala, y ya en Londres (1947), en la Chelsea School of Art, hasta que su antiguo profesor A. H. Gerrard, le invitó a dar clase en la Slade School of Art, donde fue profesor hasta 1968.

Ya establecidos en Londres, en Holland Park, y a partir de la ejecución de “The Four Seasons” para el Festival de Gran Bretaña (1951), en las décadas siguientes continúo con encargos de administraciones públicas, como “Princess Macha” (1957), para el Altnagelvin Hospital, en Londonderry.

"Princess Macha" (1957), Altnagelvin Hospital, Londonderry 
Fotografía: Louis Price (geograph.org.uk)


"Kneeling Girl II" (1971) bronce


















El 4 de marzo de 1972, como consecuencia de la explosión de una bomba en Belfast, en la Abercorn Tea-Rooms, murieron dos mujeres. Hubo 130 heridos, y dos mujeres perdieron las piernas. 
Fruto de la reflexión sobre esta tragedia fue la creación de una serie de pequeñas esculturas de bronce, conocidas como “Mujeres de Belfast”.
"Mujeres de Belfast" (1972)
Colección Wolverhampton Art Gallery sobre el tema del conflicto
Imagen: www.artfund.org



Frederick E. McWilliam recordaba con afecto su infancia en la rural Banbridge:
“Creo que fui afortunado de haber nacido donde nací (...)  En la puerta siguiente a la nuestra, estaba Carson "El Tonelero", que hacía barriles, y por supuesto solíamos escondernos en ellos.
Los hacían en la calle, "porque Newry Street, donde nací, era una calle ancha, y la gente trabajaba en ella. Entonces había una tienda que vendía muebles (...)" Los hacían "detrás de la tienda… Me encantaba ir y mirarles.”


 "Daphne into laurel" (1982)


En la página web de la Royal Academy of Arts, hay apenas unas líneas biográficas sobre Frederick Edward McWilliam. 
Recuerdan que renunció, como protesta, a ser miembro de esta Academia cuando la Comisión correspondiente rechazó una pintura de William Gear. Era 1963. Volvería a ser reelegido tres años antes de su muerte.


"Crossed Legs" (1978)
Colección Ulster Museum


La Tate Gallery organizó una retrospectiva de su obra en 1989.

Según la Dr Denise Ferran, pintora y Presidenta de la Royal Ulster Academy of Arts, le gustaba trabajar con materiales naturales, y nunca utilizó aprendices o asistentes para finalizar sus obras o ejecutarlas a mayor tamaño partiendo de una maqueta.

Continuó esculpiendo hasta casi el final de su vida, en 1992; en la última década, volvió a trabajar con madera.


The Judo Players (bronce)



Enlaces de interés:

Página de F.E. McWilliam Gallery and Studio:


Navidad, Beethoven y foxtrot en “Tres camaradas”, de E.M. Remarque (3)

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René Magritte. "El descubrimiento del fuego" (1935).


Es Navidad. 
El caleidoscopio de la sociedad alemana que es la pensión en la que se aloja Robby, ha cambiado. 
No en vano, el año acaba: el señor Hasse se ha suicidado a pesar de su ascenso, después de meses y meses conviviendo con el terror -como tantos otros- a perder su empleo en la Alemania de la hiperinflación; la tuberculosis acecha gravemente a Patricia incluso en el hospital suizo…

Lo único bueno de esa noche es rescatar al joven, desnutrido y desesperado Georgie, casi un epítome de toda una generación, hacer que se vista y llevarle al “Internacional”: sí, el café bar donde antaño Robby confraternizaba en sus malos días con el imprescindible camarero Alois y vasitos de ron; donde ahora toca el piano por las tardes; el cuartel general, refugio y confesionario de las mujeres que tratan de comer desde el lado de la prostitución; donde culminan las noches con Lenz y Koester tras una buena pitanza en las afueras; donde los coches pasan con sus ojos de gato sin que se pueda atisbar su color…
Irving Berlin, una leyenda de la época. White Christmas, There's No Business Like Show Business y Cheek to Cheek son composiciones suyas


“[Erna Boening] no se hacía ilusiones acerca de la vida; sabía que uno debe afanarse para obtener un poco de lo que se da en llamar felicidad. Igualmente sabía que, con tal fin, es preciso pagar un precio dos o tres veces mayor (…) Erna se arrodilló ante su discoteca (…)
-¿Le gusta el foxtrot? –preguntó.
-No –contesté-. A decir verdad, no sé bailar.
Me miró atónita (…)
-Yo despacharía inmediatamente a un hombre que no supiera bailar.
-Usted tiene unos principios muy rígidos –dije-. Pero los bailables no son imprescindibles (…) Hace poco usted tocó uno muy agradable…, la voz era femenina, y el acompañamiento, una especie de música hawaiana…
-¡Ah, ésa es fabulosa! ¿Cómo me sería posible vivir sin ti…?, ¿verdad? (…) un gramófono es casi como un Diario íntimo (…) cuando quiero recordar algo, me basta poner el correspondiente disco para que todo reaparezca ante mi vista."


"Fui en busca de Lenz al "Internacional" (...) Me miró. 
-Porque todo lo demás es pura porquería, Robby. Porque hoy no hay nada que merezca la pena. Piensa en lo que te dijo ayer, Ferdinand (…) Ahora siéntate ante esa carraca y toca un par de nuestras viejas canciones soldadescas.
Toqué Drei Lilien y el Argonnerwald. Las notas sonaron como algo espectral en el solitario local, sobre todo al pensar cuándo y cómo las habíamos cantado.”


"Argonnerwald". Publicado por +JPtankman


“Tuve una gran alegría cuando el propietario del “Internacional” me propuso que tocara nuevamente el piano en su local por las tardes a partir de diciembre (…) la “Asociación de Ganaderos” había optado por celebrar sus reuniones semanales en un reservado; luego la había imitado la “Asociación de Tratantes en Caballos” y, para completarlo, la “Sociedad de Incineradores” había hecho lo propio, por razones de utilidad pública.”
“Se había proyectado celebrar una gran fiesta para los solteros de todas las Asociaciones. El presidente de los ganaderos (…) había quedado viudo dos años antes y era hombre de temperamento muy sociable.”

Potsdamer Platz, Berlín. Noviembre 1930. Bundesarchiv. 

“Llamé a la puerta de Georgie (…) Estaba acurrucado ante su escritorio y tenía un aspecto pésimo. A su alrededor había montones de papeles rotos.
-Buenas tardes, Georgie –dije-. ¿Qué estás haciendo?
-Inventario –repuso con una débil sonrisa.
-¡Buena ocupación para Navidad! (…) ¿Para qué esta destrucción?
-Ya no tiene objeto, Robby.
-¿Qué has comido hoy? –pregunté. Hizo un gesto evasivo (…)
-Georgie (…) Mírame. ¿Crees que en otro tiempo yo quise ser pianista de ese prostíbulo llamado “Café Internacional”? (…)
-Lo sé, Robby, lo sé. Pero no me sirve de ayuda (…) Nada tiene objeto. Dime, ¿para qué se vive realmente? (…)
-¡Ah, pequeño asno! –exclamé-. ¡Vaya un descubrimiento que has hecho! ¿Crees acaso encontrarte a solas con tu grandiosa sabiduría? ¡Claro que no tiene objeto! Además, uno tampoco vive para encontrarle objeto a la vida. La cuestión no es tan simple, ni mucho menos. Vamos, vístete. Ven conmigo al “Internacional”. Debemos celebrar tu llegada al estado adulto”.


"Hymne an die Nacht". Publicado por +Mario Steller

“El viejo recinto saturado de humo era casi irreconocible. Las velas del árbol navideño ardían alegremente, y su luz cálida se reflejaba en todas las botellas y copas, en el níquel y el cobre del mostrador. Las rameras, con trajes de noche y joyas falsas, estaban sentadas alrededor de una mesa en actitudes expectantes.
A las ocho en punto entró marcialmente el orfeón de los ganaderos asociados. Sus componentes formaron ante la puerta con arreglo a los timbres de voz (…) inmediatamente resonó la balada a cuatro voces:
¡Oh, noche sagrada!, derrama la paz celestial
sobre este corazón,
da reposo al pobre peregrino,
bálsamo consolador a su corazón.
Claras brillan las estrellas,
fanales de la azulada lejanía.
¡Ojalá me llevaran hasta ti, en dirección al cielo!

(…) Estalló una salva atronadora de aplausos. [El presidente de los ganaderos] se enjugó el sudor de la frente.
-Beethoven será siempre Beethoven –manifestó rotundamente. Nadie le contradijo (…)-. Y ahora…, ¡a las armas!
(…) Alois apareció con un frac recién teñido, obsequio del patrón. Traía unas jarras de “Steinhäger” y empezó a escanciar. Le acompañó Potter, de la “Sociedad de Incineradores”, quien poco antes había dirigido una cremación.
-¡Paz sobre la tierra! –dijo solemnemente.”


Las prostitutas han preparado regalos para sus más íntimos, no necesariamente clientes. A Robby le pilla de sorpresa su regalo:
“-Chicas –dije-. ¿Sabéis cuándo fue la última vez que recibí regalos navideños? (…) Quizá fuera en la guerra. ¡Y ahora resulta que yo no he traído nada para vosotras!
Estalló una tremenda algarabía, todas se rieron al verme tan cariacontecido.
-Tú has tocado siempre algo para nosotras –dijo Lina enrojeciendo.
-Sí, tócanos ahora algo; ése será tu regalo –dictaminó Rosa
-Lo que queráis –dije-. Todo cuanto queráis.
-Aus der Jugendzeit! –vociferó Marion (…)

Aus der Jugendzeit
klingt ein Lied mir immerdar.
Oh, wie lieght soweit
was mein einst war…"



“Lenz dio cuerda al gramófono. Tenía innumerables discos de espirituales negros, y puso unos cuantos, del Mississippi, de los cosechadores de algodón y las noches sensuales a orillas de azulados ríos tropicales.”


"Yonder Come Day". Georgia Sea Island Singers.
Publicado por +John Melville Bishop

Užupis, espíritu de río.

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“2. Todos tienen derecho a agua caliente, a la calefacción en el invierno y a un tejado.” (Artículo 2 de la Constitución de la República de Užupis, Vilnius, Lituania).


El 1 de abril de 1997, fecha similar en Lituania a nuestro “Día de los Santos Inocentes”, unos pocos vecinos marcharon, con un cierto aire de parodia, por el deteriorado barrio de Užupis, en Vilnius,  declarando su independencia y la República de Užupis.
Una república al lado del río Vilnia o Vilnelé, con su propia bandera (una mano abierta), que cambia de color según la estación del año; y su propia Constitución, recogida en más de veinte idiomas en placas a lo largo de la calle Paupio.

“1. Todos tienen derecho a vivir cerca del río Vilnelé y el río Vilnelé tiene derecho a fluir cerca de todos.”
El río separa a Užupis de la ciudad. Los primeros puentes se construyeron en el siglo XVI, y entonces su población era mayoritariamente judía. Con la Segunda Guerra Mundial, prácticamente toda la población fue asesinada durante el Holocausto, y la posterior ocupación soviética destruyó el cementerio judío. El barrio quedó deshabitado, y muchas de sus casas en malas condiciones.
Con poco más de medio kilómetro cuadrado, en el NE de Vilnius, vivir en él resultaba barato, y ya desde la época soviética  muchos artistas comenzaron a alojarse en Užupis.
Tras la independencia de Lituania en 1991, el barrio se revitalizó y se puso de moda, pero sin perder sus señas de identidad, que la hermanan con Christiania, en Copenhague y Montmartre, en París.
Símbolos sexuales coexisten con “El Cristo de los Mochileros”; son frecuentes los dibujos o esculturas de animales, y la sensación del viajero y el turista es que se trata de un lugar diferente y mágico.

“13. Un gato no está obligado a amar a su dueño, pero le debe ayudar en los momentos difíciles.”
El viajero y el turista se va a encontrar también con una ciudad en medio de un bosque, que es como te describen Vilnius.
En toda la zona del Baltico domina la taiga, y el amor por la naturaleza.
Nos contaron el caso de un castor que entró en una escuela infantil. Los niños dejaron de estudiar y se concentraron en él. Vino la Policía de Animales y se lo llevó. Al día siguiente, los niños preguntaron a familiares y profesores por el castor, preocupados por su destino. El revuelo fue tal, que las autoridades tuvieron que comparecer en televisión asegurando que el animal estaba bien y que no debían preocuparse. Creo que lo habían liberado y enseñaron fotografías o algún video.
El tránsito de un país a otro por carretera te recrea con kilómetros de taiga y la visión de alguna manada de renos. 

20. Nadie tiene derecho a usar la violencia.
21. Todos tienen derecho a darse cuenta de su irrelevancia y de su grandeza.
22. Nadie tiene derecho a usurpar la eternidad.”
La población de Lituania profesa el catolicismo prácticamente en su totalidad.
Sin embargo, sus orígenes perviven, y es frecuente que las personas tengan nombres como “Feliz”, “Abeto",… u otros relacionados con la naturaleza.
Ya fuera de la vital Užupis, sorprende encontrarnos con la Iglesia de Santa Teresa (s. XVII) en la calle Ausros Vartu, la más antigua de la ciudad, que conduce a la Puerta del Alba, la única que se conserva intacta de la muralla que rodeaba Vilnius.

“38. Todos tienen derecho a no tener miedo.
En diagonal a la pequeña y mágica República, al SO, se encuentra Paneriari, a las afueras de la ciudad.
Su bosque es testigo de la muerte de unas cien mil personas perpetrada por el Ejército alemán entre julio de 1941 y 1944. Ya en los primeros meses de ocupación, el Einsatzkommando o unidad de exterminio de las SS había asesinado a la mitad de la población judía (35.000 habitantes).

 “4. Todos tienen derecho a equivocarse.
  5. Todos tienen derecho a ser únicos.
  6. Todos tienen derecho a amar.
32. Todos son responsables de su libertad.
35. Nadie tiene derecho a echarle la culpa al otro.”
Según la Wikipedia en lengua inglesa, los redactores de la Constitución de Užupis fueron el poeta, músico y director de cine Romas Lileikis y el artista Thomas Chepaitis.
En su artículo Užupis, la república utópicaFrancisco López-Seivane entrevistaba precisamente a Thomas Chepaitis, “un barbudo orgulloso de haber nacido el mismo día (no el mismo año) que García Lorca (…) ¿Tienen embajador en España? “Sí, don Quijote de la Mancha (…)”


Estos son los últimos tres artículos de la Constitución:

“39. No venzas.
  40. No te defiendas.
  41.No te rindas.”


No te rindas.





Transcripción literal de la placa en castellano de la Constitución de la República de Uzupis en la calle Paupio, Užupis, Vilnius.
Artículos no citados:
 3. Todos tienen derecho a morir, pero no es su obligación.
 7. Todos tienen derecho a no ser amados, pero no necesariamente.
 8. Todos tienen derecho a ser insignificantes y desconocidos.
 9. Todos tienen derecho a ser perezosos y a no hacer nada.
10.Todos tienen derecho a amar y proteger un gato.
11.Todos tienen derecho a cuidar de un perro hasta que uno de los dos se muera.
12. Un perro tiene derecho a ser un perro.
14. Todos tienen derecho a no saber de vez en cuando que tienen obligaciones.
15. Todos tienen derecho a dudar, pero no es su obligación.
16. Todos tienen derecho a ser felices.
17. Todos tienen derecho a ser infelices.
18. Todos tienen derecho a guardar silencio.
19. Todos tienen derecho a tener fe.
23. Todos tienen derecho a comprender.
24. Todos tienen derecho a no comprender nada.
25. Todos tienen derecho a tener varias nacionalidades.
26. Todos tienen derecho a celebrar o a no celebrar su cumpleaños.
27. Todos tienen la obligación de recordar su nombre.
28. Todos pueden compartir lo que poseen.
29. Nadie puede compartir lo que no posee.
30. Todos tienen derecho a tener hermanos, hermanas y padres.
31. Todos pueden ser libres.
33. Todos tienen derecho a llorar.
34. Todos tienen derecho a ser incomprendidos.
36. Todos tienen derecho a ser subjetivos.
37. Todos tienen derecho a no tener ningún derecho.

Sastipen thaj Mestipen. Salud y libertad. Arte gitano en Cibeles.

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En el CentroCentro Cibeles de Cultura y Ciudadanía se expone una muestra internacional de pintura y escultura gitana contemporánea.

Las obras han sido reunidas por la Galería Kai Dikhas, con la participación del Instituto de Cultura Gitana (fundación pública del Ministerio de Educación) y del Goethe Institut.

Es ésta una pequeña selección de todo un descubrimiento en un día de lluvia, que sorprende por su vitalidad y valor artístico, el dolor omnipresente y también la autoafirmación.


Gérard Jean Gartner.
"D.I.R. (DÉCHET INDUSTRIEL RECYCLÉ N.N." Plástico fundido.


Kálmán Várady
"Guerrero Gitano X". 2015. Collage de material sobre madonna de yeso.





Delaine Le Bas.
Instalación "Caza de brujas. Is She Here? ¿Está aquí?", 2011.
"Caza de brujas. Novia", 2009.

David Weiss
"Cohete", 2015. Metal.
Vive y trabaja en Witzenhausen, Alemania: "defiende la libertad como elemento de su inspiración."


Ceija Stojka.
"Una vida después Auschwitz!", 2002. Acrílico sobre tela.

 Ceija Stojka.
"Sin título", 2006. Gouache y acrílico sobre cartón.

 Ceija Stojka.
"Auschwitz. Estábamos avergonzados", 2008. Tinta sobre papel.





Kálmán Várady nació en Hoffnungsthal, Alemania, en 1958.
Vive y trabaja en Colonia, donde estudió Arte.

"Su idea de lucha contra el racismo la refleja en sus composiciones y esculturas (...) un arte exótico, impactante y vehemente."

























Delaine Le Bas (1965) es originaria de Reino Unido.

Expone en el ámbito internacional, en festivales como el de Arte Singular (Roquevaire, Francia) o en el Museo Americano de Arte Visionario (Baltimore, Estados Unidos).








Ceija Stojka (1933-2013), austriaca romaní, fue pintora, escritora, música y superviviente del Holacausto.
El asesinato de su padre en el campo de concentración de Dachau ha influido en toda su obra.




En recuerdo de Margarita Moreno

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Mi alma es una nube que se aleja.
Mi alma es mi dolor, mío, por siempre.
Mi alma es el naranjo azul que arde.
(...)

Mi alma es este oro en que florezco.
Mi alma es el paisaje que me mira.
Mi alma es este pájaro que tiembla.
(...)

Mi alma es este canto arrodillado.
Mi alma es un nocturno y hay un río.

Mi alma es un almendro de oro blanco.
Mi alma es una fuente enamorada.
(...)

Mi alma es un rumor de acacias rosas.
Mi alma es un molino transparente.
(...)


"Homenaje". Juan Eduardo Cirlot (1916-1973)

Piel transparente, corteza, máscara de agua. Hermann Hess.

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Parte central de la “rueda de la vida”. El gallo representa  el deseo, la serpiente el enojo,  y el cerdo la ignorancia. Monasterio budista de Kopan, Katmandú (Nepal)


"-Siddhartaha -le dijo-, nos hemos hecho viejos. Difícilmente volveremos a vernos bajo esta forma humana (...) Dame algo que me acompañe en mi camino. Arduo y sombrío es mi camino a veces, oh Siddhartha
(...)
Dejó de ver el rostro de su amigo Siddhartha y vio en vez de él otros rostros, muchos, una hilera enorme, un río de rostros, cientos, miles de caras que llegaban y pasaban, aunque parecieran estar todas allí al mismo tiempo
miles de caras que se transformaban y se renovaban incesantemente y que, sin embargo, eran todas Siddhartha.
“El río de la vida”. William Blake (c. 1805) Tate Gallery

Vio el rostro de un pez, de una carpa con la boca desencajada por un dolor infinito: un pez moribundo con los ojos saltones
vio el rostro de un recién nacido, rojo y surcado de arrugas, contraerse por el llanto
vio el rostro de un asesino, y lo vio hundir un cuchillo en el cuerpo de un hombre, vio, en el mismo instante, al asesino encadenado y de rodillas ante su verdugo, que le cortó la cabeza de un solo mandoble
vio cuerpos de hombres y mujeres desnudos en las posiciones y en las luchas de un amor desenfrenado; vio cadáveres estirados, tranquilos, fríos, vacíos
vio cabezas de animales, de jabalíes, de cocodrilos, de elefantes, de toros, de aves; vio dioses, vio a Krishna, a Agni (...)
Ardhanarishavara

Vio todos estos rostros y figuras anudados en mil relaciones recíprocas, ayudándose unos a otros, amándose, odiándose, destruyéndose, volviendo a procrearse; cada cual empeñado en querer morir, cada cual dando un testimonio apasionado y doloroso de su caducidad
pero ninguno moría, todos se transformaban solamente, renacían sin cesar e iban adquiriendo siempre un rostro nuevo, sin que entre los sucesivos rostros viniera a interponerse un resquicio de tiempo
y todos estos rostros y figuras yacían, fluían, se multiplicaban, flotaban aisladamente y volvían a confluir (…)"


Hermann Hesse, retratado por  Ernst Würtenberger (1905)

Hermann Hesse escribió “Siddhartha” tras la Primera Guerra Mundial o “Gran Guerra”. Comenzó en febrero de 1920 y, tras un largo paréntesis, la concluyó en marzo de 1922.
Hesse vivía en Berna cuando estalló la guerra en 1914; se presentó como voluntario en la Embajada alemana, siendo rechazado por su vista cansada.
Colaboró con la Cruz Roja enviado libros a los soldados alemanes presos en Francia, Italia y Rusia.

Prisioneros de guerra (POW) alemanes en un campo francés, 1918

Desde 1916, año de la muerte de su padre, Johanness,  editó distintas publicaciones destinada a prisioneros, e incluso fundó una pequeña editorial, con volúmenes de cuentos de Emil Strauss, los hermanos Mann, Gottfried Keller, y propios.

Soldados australianos atendidos en una trinchera alemana

Con el impacto que le producían las noticias del frente y el número de muertos, escribió: 
“La miseria que clama de todas partes del mundo es tan monstruosa, que desde mi pequeño rincón haré todo lo posible para ayudar”.

La historia del buscador que es Siddhartha, que se cruza brevemente con el Buda, surge del profundo conocimiento que poseía Hermann Hesse de la India y de su cultura, alimentado en parte por su abuelo materno, Hermann Gundert, especialista en Indología, y que vivió parte de su vida en Asia. Tanto él como su madre, Marie, misioneros pietistas, le transmitieron muchas historias, matizadas en su propio viaje de tres meses, en 1911, junto con el pintor Hans Sturzenegger:
“Hallamos al pueblo puro, simple, infantil del paraíso. Pero nosotros mismos somos diferentes; somos extraños aquí (…) perdimos nuestro paraíso hace largo tiempo…”

Soldados ciegos leyendo libros en Braille, Baltimore, EE.UU., 1920

En su excelente biografía-guía “El lector de Hermann Hesse”, Katinka Rosés y Francesc Miralles reflejan la favorable acogida de la novela en su época, destacando también que
“perdidos en la Europa de entreguerras, muchos jóvenes tomaron a Hesse como “gurú” y pusieron los ojos en Oriente.”
Y apuntan:
“Hermann Hesse logró con su Shiddhartha –que es la historia de una búsqueda- traducir al gusto occidental la sabiduría milenaria de Oriente, en la que el budismo tiene una posición preponderante (…)"

Prisioneros alemanes con equipación deportiva en el campo de prisioneros (1914-17)
que existió en Taisho, actual barrio de Osaka.
Los prisioneros no realizaban trabajos forzados.

Su traducción al inglés en 1951, gracias al empeño de un impresionado Henry Miller, supuso otro gran éxito de la novela, esta vez en Estados Unidos en los años 50 y 60, treinta años después de su publicación en Berlín.


Fuentes:
"El lector de Hermann Hesse". Katinka Rosés Becker y Francesc Miralles Contijoch. Océano, 2000.
"Siddhartha". Hermann Hesse. Plaza & Janés, 1987.


Siegfried Sassoon: "Statement" de un poeta

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El 31 de julio de 1917, en plena Primera Guerra Mundial, se publicaba en el London Times la declaración de un oficial de permiso:

“Realizo esta declaración como un acto de desafío voluntario a la autoridad militar, porque creo que la guerra se está prolongando deliberadamente…”

Era el mismo texto que había leído un miembro del Parlamento británico en la Cámara de los Comunes el día anterior:
“… una guerra de defensa y liberación que se ha convertido ahora en una guerra de agresión y conquista…” 

El oficial provenía de una familia acaudalada de Kent,  acostumbrado a la vida en el campo, al criket (jugaría con Arthur Conan Doyle años después) y a la caza; había estudiado dos años de Historia en el Clare College, en la Universidad de Cambridge, marchándose sin graduarse.

El oficial era, sobre todo, un poeta.
Su nombre: Siegried Loraine Sassoon.

“He visto y padecido el sufrimiento de las tropas, y no puedo continuar formando parte de su prolongación (…) Protesto contra los errores políticos y falsedades  por los que los  que combaten están siendo sacrificados…”

Siegfried Sassoon. Fotografía de G. Charles Beresford, mayo 1915.

Sassoon era admirado por esas tropas, por su dedicación y preocupación, y también por su valor, que rayaba en la contrafobia: le apodaban “Mad Jack”, pues eran frecuentes sus acciones arriesgadas y en solitario, especialmente si caía algún soldado de su pelotón.

En noviembre de 1915 había sido enviado al frente francés; ese mismo mes, su hermano Hamo moriría en la Campaña de Gallipoli y, a lo largo de la guerra, perdería al menos a dos de sus mejores amigos.

Con su hermano Hamo en la Universidad de Cambridge (1906)

En sus memorias ficcionadas, Siegfried Sassoon nos relata su gran amistad con Robert Graves, describiéndole bajo el nombre de “David Cromlech” de un modo ameno y entrañable. 

Graves era en ese momento un hombre muy joven de aspecto desaliñado y sin embargo aparentemente pedante, del que desconfiaban los demás oficiales por su inteligencia, que iba asegurando que Homero había sido una mujer; según escribe en sus memorias (“Adiós a todo esto”), se había alistado porque le atemorizaba su entrada en Oxford.

Siegfried Sassoon and Robert Graves, septiembre de 1920
Fotografía de Ottoline Morrell © National Portrait Gallery
[Ottoline Morrell, Bertrand Russell y John Middlenton Murray influyeron en la redacción del statement]


La declaración de Sassoon concluía:
“… También creo que [mi protesta] pudiera ayudar a destruir la insensible  complacencia con que la mayoría de aquellos que desde casa [Gran Bretaña] contemplan la continuación de  tribulaciones que no comparten…”

Siegfried Sassoon era muy consciente de que tras este escrito le esperaba un severo tribunal militar.

A finales de julio, Robert Graves recibía por correo una copia de la declaración, enviada por Sassoon:
“Esta lectura me sumió en un estado de ansiedad y de desdicha (…) Siegfried no estaba en condiciones físicas apropiadas para sufrir el castigo que su carta implicaba, es decir, ser juzgado por un tribunal militar, degradado y encarcelado (….) Era una maldad que él tuviera que sufrir las consecuencias de su carta después de sus experiencias en el Cuadrángulo y en Fontaine-les-Croiselles. También advertí la inutilidad de aquel gesto. Nadie seguiría su ejemplo, ni en Inglaterra ni en Alemania. La guerra continuaría hasta que una de las partes lograra aniquilar a la otra.”

Robert Graves encaró la situación con rapidez y realismo.
Sus contactos con un conocido, secretario privado de un ministro del Gobierno y una inteligente estrategia, que incluía impedir la publicación de comentarios sobre el statement y escribir al segundo comandante del batallón “más humano” que el coronel jefe, que “no había estado nunca en Francia”, con la sugerencia final de que Sassoon “debía ser internado en un hospital con una licencia por tiempo indefinido.”

Sassoon le escribió desde Liverpool: se había presentado a su coronel, encontrándose con el “segundo” y un inesperado recibimiento “decente”… Su caso ya lo conocía el general correspondiente, que estaba “consultando con Dios, o con alguien parecido”.

El ministro, con cuyo secretario privado se había puesto en contacto Graves, aconsejó al Ministerio de la Guerra que no tratarse el asunto como “disciplinario”, sino que sometieran a Sassoon “a una comisión de médicos”.

No sin discusiones e insistencias, Graves lo consiguió:  “Sin poder negar cuán enfermo estaba, Siegfried consintió en presentarse ante la comisión médica”

Piccadilly Circus, Londres, 1912

"Piccadilly Circus at Night". Acuarela de A. Henry Fullwood (1863-1930)

Pidió permiso para poder testificar como amigo del paciente:
“Mencioné las alucinaciones de Siegfried: los cadáveres tendidos en Picadilly (…) Mi sistema nervioso se hallaba en un estado casi semejante al de Siegfried; lo que hizo que estallara tres veces en sollozos durante mi declaración…”
El capitán de la comisión médica, “especialista competente en enfermedades nerviosas”, “resultó ser un famoso psiquiatra de Harley Street, se portó muy bien. Cuando salía, me dijo: -Joven, usted también debería presentarse ante esta comisión.”

Robert Graves fue designado para escoltar a su amigo “hasta un centro de reposo para neurasténicos situado en Craiglockhart, cerca de Edimburgo: “aquello nos pareció una gran broma, especialmente cuando perdí el tren, y él tuvo que presentarse (…) sin mí.”
Siegfried volvería al frente unos meses después, desestimando como muchos de los oficiales un destino militar “en casa”.

Pero antes, en Craiglockhart conocería a Wilfred Owen, contribuyendo al crecimiento poético y personal del poeta que sería emblema de esta generación; y comenzaría a escribir “la terrorífica serie de poemas (…) que publicaría al año siguiente bajo el título de Contraataque.”



Referencias
Imagen de cabecera: Oleo de Glyn Warren Philpot, 1917. Fitzwilliam Museum.

Enlace a la declaración de Siegfried Sassoon (en inglés):

Graves, Robert. “Adiós a todo eso”. Traducción de Sergio Pitol. El Aleph Editores, 2002. Edición original: Jonathan Cape, 1929.

Sassoon, Siegfried. “Memorias de un oficial de infantería”. Traducción de Mirta Rosenberg. Turner, 2002. Primera edición en inglés: Faber and Faber Limited, 1930.

Enlace a la colección “A. Henry Fullwood”, del Australian War Memorial:

Poeta de guardia XXXV. Walt Whitman.

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Allí, donde se levanta la ciudad de los más potentes oradores
            y de los poetas más robustos;
donde se levanta la ciudad amada por ellos y que, en gratitud,
            los ama y los comprende;
donde no existen monumentos de héroes, sino en las palabras
            y en los actos cotidianos;
donde la frugalidad ocupa su lugar y la prudencia el suyo;
donde los hombres y las mujeres dan poca importancia a las leyes;
donde el esclavo deja de ser esclavo, y el amo, de ser amo;
donde el pueblo se subleva, unánime, contra la incesante
            audacia de los elegidos;
donde los hombres y las mujeres se abalanzan bravíos como
            la mar, al silbido de la muerte, desencadena 
            sus devastadoras e ineluctables olas;
donde la autoridad exterior solo está precedida de la autoridad
            interna;
donde el ciudadano es la cabeza y el ideal social; donde el
            presidente, el alcalde, el gobernador -¿qué más?- son
            empleados asalariados;
donde los niños aprenden a ser la ley de sí mismos, y a depender
            solo de sí;
donde la juventud se ilustra con hechos;
donde la especulación crítica es estimulada;
donde las mujeres van en las manifestaciones públicas a par
            que los hombres;
donde las mujeres acuden a las asambleas lo mismo que los
            hombres;
donde se eleva la ciudad de los amigos más fieles;
donde se eleva la ciudad de la pureza de los sexos;
donde se eleva la ciudad de los padres robustos;
donde se eleva la ciudad de las madres de cuerpo fecundo;
¡donde se levanta la más grande ciudad!



Del “Canto del hacha”, de Walt Whitman (1819-1892).
“Obra escogida”, Penguin Random House, 2017
Traducción de Concha Zardoya.



Margarita Moreno, en el corazón de nuestra memoria.

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"... como medio cristal y media viña blanca,
como vena furtiva de paloma:
sangre de ciervo antiguo que perfume
las cerraduras de la muerte
."


Del poema "Amor de los incendios", de Blanca Andreu.
Fotografía: Vincent Versace.

Los "ojos" de Margaret Macdonald

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1900 debió ser un año inolvidable para Margaret Macdonald.

Su hijo Sylvan nacería el 18 de junio, y ella y Charles Rennie Mackintosh se casarían en agosto, y continuarían viviendo en Glasgow.
Ese año, Margaret y Charles trabajan juntos en la decoración de los Tea Rooms de la calle Ingram, en dos paneles de yeso: el de Charles se llamará “The Wassail”, el de Margaret, “The May Queen”:
Fotografía: Jean-Pierre Dalbéra https://goo.gl/U6uGUo


Nacida en Wolverhampton, Inglaterra (1864), Margaret es una relevante artista escocesa, cuya obra abarca acuarelas, trabajos textiles y en metal, y excelentes ejecuciones en yeso; en toda ella se aprecia una importante influencia del Simbolismo y la cultura celta.

Al trasladarse su familia a Glasgow, Margaret inicia sus estudios, junto con su hermana Frances, en la Glasgow School of Art. 

Sería en esta escuela donde conocerían a Mackintosh -que daba sus primeros pasos como arquitecto- y a su amigo James Herbert McNair, al parecer por mediación del director, Francis Newberry, y de su esposa Jessie, mujer empeñada en la entrada de estudiantes femeninas en la Escuela. 
El Anuario de la Escuela las cita por primera vez en el periodo 1890-91.


Tras acabar su formación, ambas hermanas abrieron su propio estudio en Glasgow, en el 128 de Hope Street, hasta la boda de Frances y James H. McNair en 1899.

La pareja se trasladó a Liverpool, donde MacNair era profesor de diseño en la School of Architecture and Applied Art. 
Ambos diseñaron conjuntamente su vivida en el 54 de Oxford Street.
Decoración y diseño de interiores fue parte de su trabajo profesional.
Por su parte, Frances se dedicó igualmente a la enseñanza, y adquirió conocimientos de joyería, bordado y esmaltado.

 
"Spring". Frances Macdonald (c. 1900-1905)


Mientras trabajaron conjuntamente, Margaret y Frances produjeron obras en metal, diseños textiles e ilustraciones para libros, con exposiciones en Liverpool, Londres y Venecia.



Fue también en 1900 cuando el matrimonio coincide con Gustav Klimt en Viena (Margaret hablaba francés y alemán).
A partir de ese momento, la obra del pintor aparece fuertemente influenciada por la de Margaret.

"Sleeping Princess". Margaret Macdonald (1906)



El empresario y mecenas austriaco Fritz Warndorfer, que les había visitado en Glasgow, les encargaría el diseño del salón de música de su casa de Viena –ampliamente elogiado-, así como dos pequeños paneles para la decoración del piano: “The Opera of the Winds” y “The Opera of the Seas”. 
"The Opera of the Winds". Margaret Macdonald (1905)

"The Opera of the Seas". Margaret Macdonald (1915)


Los años siguientes continuarían los encargos, como el panel “O Ye, All That Walk in Willow Wood”, en los famosos Willow Tea Rooms, del 217 de Sauchiehall Street; recibían invitaciones para exponer en Viena, Turín o Moscú.


Si el inicio de siglo fue memorable para Margaret, Frances y su marido, James H. MacNair, asistían en esa primera década de 1900 al cierre de la Escuela de Arquitectura; junto al fracaso de negocios de la familia de MacNair supuso el inicio del declive de sus respectivas carreras profesionales. James y Frances regresaron a Glasgow en 1908.
El año anterior se había expuesto "Spring" en Glasgow.
  

En 1914, Margaret y Charles se trasladan a Londres, viviendo en Chelsea entre 1916 y 1923, año en el que  se marchan a Port Vendres, en los Pirineos franceses.
Es un periodo en el que trabajan con grupos teatrales, en decorados y vestuario.

Charles está casi al borde de la depresión, dada la falta de interés por su obra en Glasgow. Nunca regresaría a Escocia. 




Pocas obras se conocen de esta última época, especialmente a partir de 1921.

Ese año moriría su hermana Frances, oficialmente de una hemorragia cerebral; los rumores apuntaban al suicidio. Margaret pinta “La Morte Parfumee”.

La mayor parte de la obra de Frances se perdería, destruida tras su muerte por James,  su marido, quien destruiría igualmente su propia obra.

La última creación que se conoce de Margaret data de 1922, una acuarela titulada “The Legend of the Blackthorns”. 

"Woman Standing Behind The Sun". Frances Macdonald (1912-1915)



Margaret regresa a Londres en 1926 para un tema médico.
Son de esos días las cartas que le escribe Charles, a diario, en las que deja constancia de su respeto y admiración por ella; párrafos en los que expresa su creencia de que él simplemente tiene talento, mientras que ella es un genio; y que es consciente de que ella representa la mitad de su obra arquitectónica.

Moriría en 1933, cinco años después que su marido, en su estudio de Chelsea, Londres.

  
En 1909, Margaret había concluido “The Seven Princess”, tras un trabajo de dos años: es su obra de mayor tamaño, y constaba de tres paneles, que también formaban parte de la decoración del salón de música de Fritz Waerndorfer.

El salón fue destruido durante la Primera Guerra Mundial.

El panel superviviente se conserva y exhibe en el Austrian MAK, de Viena, enfrente de obras de Gustav Klimt.







Mi agradecimiento a Asun Blanco Cobelo, que me animó a visitar la exposición de William Morris en la Fundación Juan March el pasado noviembre; sin sus indicaciones, no habría reparado en los "ojos" de los extraordinarios paneles obra de Margaret Macdonald que encabezan esta entrada, que tanto me impactaron. ¡Gracias!



“Cuerpos lavados por los ríos.”

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Hoy se cumplen cinco años de la primera publicación de este blog.
También era sábado; trataba sobre un poema de Wilfred Owen y una canción: “Smile, Smile, Smile”.

He esperado a este aniversario para publicar un poemario muy relacionado con el blog: “Cuerpos lavados por los ríos. (Los árboles invisibles)”, un trabajo de mucho tiempo inspirado en la joven generación de la Gran Guerra (1914-1918), aquella que –hoy nos haría sonreír- iba a acabar en la misma Navidad del año que empezó y con todas las guerras.

“Cuerpos lavados por los ríos” comenzó con unos pocos poemas que escribí tras encontrar un listado de poetas que habían combatido en la aquella Primera Guerra Mundial. La media de edad de los muertos rondaba los 20 años.

Jóvenes ciudadanos como nosotros y nosotras, con proyectos y vidas, sin necesidades o sobreviviendo, escribían ya poesía antes de luchar en una guerra que, muriesen o no en ella, destruyó sus vidas.

De ese escenario venimos.

El mundo ha cambiando en estos últimos años (2008-2018) de un modo insospechado para los que éramos treintañeros en los años 90.

Latente, el ayer continúa en un mundo de ahora en apariencia distinto, en el fondo sin nada que envidiarnos; los versos de estos poetas, las cartas o escritos que dejaron, cada vez parecen más destinados a recordarnos lo más esencial de lo que estamos olvidando.

Seguramente Sorley, Owen, Graves o Rosenberg, su lectura, traerán nuevos poemas.

Pero espero, que acaso otro sábado antes de cinco años, pueda publicar aquí otra entrada con el título de un nuevo poemario después de leer a mujeres poetas de ese tiempo.

Porque también vivieron los mismos momentos que sus compañeros, contemplaron y cruzaron el umbral de una nueva época hacia la igualdad de derechos y fijaron lo que tenían dentro en poemas, como yo al escribir los míos.

Esther González.
Fotografía: “Sunbaker”. Max Dupain, 1937.


"Cuerpos lavados por los ríos.
(Los árboles invisibles)."
Amazon, 2018.
https://www.amazon.es/dp/B07GCPHYKY













Buscando su propia "Visa para Avalon": Annie W. Ellerman, Bryher.

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Cuatro personas tratan de escapar de su país, un país sin nombre, en el que el llamado “Movimiento” termina con los derechos y libertades individuales e invalida la democracia. La única esperanza es lograr un salvoconducto a otro lugar: Avalon.


Este es, en esencia, el punto de partida de “Visa para Avalon”, una novela de ciencia ficción publicada en Nueva York, EE.UU., en 1965.

La novela, de la que es autora Annie Winifred Ellerman, ya había sido escrita por la Historia varias décadas antes. Contiene mucho de sus vaticinios, previos a la Segunda Guerra Mundial, de su ayuda a refugiados judíos y de su propia huida.

El argumento resulta inquietante y reconocible, aún en nuestros días.
No se publicaría en Gran Bretaña, país de origen de la autora, hasta 2005.



Annie Winifred Glover  Ellerman nació el 2 de septiembre de 1894 en Norfolk Villa, Margate (Inglaterra), hija de Hanna Glover y John Ellerman. Sus padres se casaron cuando Annie tenía ya 14 años.
Detalle del retrato de Man Ray (1923)

John Ellerman,  destacado armador e inversor, fue considerado a su fallecimiento (1933) “el inglés más rico que había existido nunca”. En 1901, se convertiría en el mayor accionista de Financial Times, continuando con The Tatler, The Sphere, Daily Mail, The Times y otras publicaciones.
Debido a sus actividades mercantiles, toda la familia viajaba con frecuencia (Oriente Medio, Argelia, Grecia, Italia, Francia, España…) A los cuatro años (1900), Annie viajó por primera vez a París, y tres años después, a Egipto. Aprendió árabe, idioma en el que continuaría formándose en su juventud.
Empaparse de otras culturas restó importancia a las rígidas convenciones de su propia sociedad.

Fue en una visita a las Islas Scilly, a 30 millas al SO de Cornualles,  donde quedó cautivada por una de ellas: Bryher. Adoptaría el nombre de esta isla como seudónimo literario.

A través de sus memorias, Marina Camboni descubre a “una mujer a la que de forma natural le atrae la vida moderna”:
“Para una mujer (…) ser moderna es rebelarse abiertamente contra la moralidad y costumbres victorianas y eduardianas. Es nada menos que recobrar la propia individualidad, dedicarse al desarrollo personal y actuar de acuerdo con nuestros talentos y deseos, más que cumplir con los dictados sociales. Individualismo (…) es para ella la respuesta necesaria a la rocosa norma victoriana que comprime a hombres y mujeres dentro de roles de género inamovibles.”


Con el propósito de comprender su “identidad de género no normativa” –siguiendo la investigación de Celena E. Kursk-, “Bryher indagó en el incipiente  campo del psicoanálisis”, analizando “las teorías acerca de la homosexualidad [inversión, en el original de Kusch] más que sobre el lesbianismo con Havelock Ellis y Hanns Sachs.”

Fue otra investigadora, Jayne Marek, quien calificó a Bryher como “mujer invisible”.
Muy probablemente -como sugiere Emily Vojcik- por su asociación con figuras cuya personalidad daban más juego; o por “su inusual vida personal, que abarca una relación de por vida con H.D. [Hilda Doolitle] y dos matrimonios de conveniencia con hombres bisexuales.”

Amy Lowell, c. 1916, en la casa familiar de Sevenels.

Poetry and Drama, la revista editada por Harold Monro -a cuya librería acudía el malogrado Wilfred Owen cuando le era posible-, le descubrió “por primera vez la mágica palabra “Mallarmé.”
Pero sería “Des Imagistes[Ezra Pound], quien la conduciría a Amy Lowel (…) H.D., Harriet Shaw Weaver, y Marianne Moore.” 

En septiembre de 1917 escribe a Amy Lowell cinco páginas que comienza con un “Six French Poets [obra de Lowell, 1915] es la principal razón para esta carta”.

La Primera Guerra Mundial dura ya 3 años, y ha cambiado su vida como las de “muchas mujeres llamadas a sustituir a hombres en cada puesto de trabajo. “Fuimos liberadas por la guerra” [Bryher, The Heart to Artemis, 1962]

En medio de la guerra “para mí, Six French Poets ha sido como un amigo.”

Marina Camboni destaca de esta correspondencia que  Amy Lowell “revela a una poeta generosa, que desea compartir su conocimiento y ayudar a una aspirante a escritora más joven.”

Esta importante relación epistolar de amistad y apoyo mutuo duraría hasta el fallecimiento de la poeta en 1925, a los 51 años, por un derrame cerebral.

Es precisamente a través de Amy Lowell, cuando la introduce en la poesía de los Imagistas,  como Bryher descubre que “H.D.” [Hilda Doolittle], es una mujer: Se conocerían en julio de 1918, creando una de las relaciones más importantes de sus vidas.

“La inclinación de Bryher por la transgresión fue evidente desde el principio: La protagonista de su primera novela, Two Selves (1923) lucha con la certeza de que tenía que haber sido un chico. Esta peculiar sensibilidad indica su interés en el arte como un modo de expresión y cambio social revolucionarios, que representó concretamente publicando tres novelas antes de su 29 cumpleaños”, escribe Emily Vojcik.

Académicas como Jayne Marek, Susan McCabe y Charlotte Mandel han rescatado la labor de difusión de escritores y artistas modernistas (Dorothy Richardson, Edith Sitwell, James Joyce o Blanche Lewin) realizada por Bryher; a editoriales como Egoist Press, de Harriet Shaw Weaver, o librerías como Shakespeare & Co., de Sylvia Beach.
No les faltó tampoco su apoyo económico y de todo tipo.

Considerada pieza clave en la divulgación del Modernismo, utilizó sus recursos en apoyar la narrativa experimental, el cine y el psicoanálisis.

Sylvia Beach en su librería"Shakespeare and Company"
Rue de la Bûcherie (1920).

Un trabajo de “excavación”; porque,  como apunta Vojci recordando a Focault, “No hay uno, sino muchos silencios.”


En 1921 contrae un matrimonio de conveniencia con el poeta y editor norteamericano Robert McAlmont quien, siguiendo a Marina Camboni, “pensaba que París era el único sitio donde podía seriamente escribir, la introduciría al París de los bulliciosos años veinte.”
McAlmon “encontraba liberador” el matrimonio, que consideraba “sólo legal, nada romántico y estrictamente un acuerdo.”

Junto con William Carlos Williams, fundan Contact Editions, con el propósito de publicar literatura de vanguardia.

Bryher no llevaba una vida centrada en el ambiente artístico, pero conoció a escritores como Gertrude Stein “y otras figuras clave como Adrienne Monnier y Sylvia Beach”, con las que mantendría una amistad de por vida.
Robert McAlmont

Kenneth MacPherson (izqd.) y el actor Jimmie Daniels

En 1927, Bryher se divorcia de McAlmont, y ese mismo año,  se casa con Kenneth Macpherson, un escritor interesado como ella en el mundo del cine, y amante de H.D.

Kenneth la introdujo en el “cine experimental ruso, y en Berlín”, donde conocería al director de cine Georg W. Pabst.

Juntos construyeron una casa estilo Bauhaus en Burier (Suiza): la llamaron “Kenwin”, y la utilizaban también como estudio de cine.


Adoptarían legalmente a Perdita, hija de H.D. y el compositor Cecil Gray tras una breve relación.

Los tres (H.D., Bryher y Kenneth) fundan la revista de cine CloseUpy POOL Productions (1927); de las producciones,  sólo se conserva una película completa, “Borderline” (1930), escrita y dirigida por Kenneth, en la que H.D. interpreta uno de los papeles protagonistas, y aparece igualmente Bryher.

Close Up fue la primera revista de cine en inglés, relacionando la expresión cinematográfica  con la “experimentación literaria iniciada por novelistas y poetas modernistas, particularmente mujeres”, en un entorno estimulante.

Su intención era el diálogo entre escritores y cineastas; en palabras de Celena Kusch, un “proyecto cultural transnacional que afinase la definición de modernismo.”

Los artículos de Bryher contribuyeron a difundir a directores como Sergei Eisenstein en Gran Bretaña.

Pero, sin duda, su artículo de mayor transcendencia sería “What Shall You Do in theWar?” (Close Up, 1933), en el que urgía a tomar medidas con la situación de los judíos en Alemania, e informaba de la existencia de campos de concentración y la quema de películas de Pabst en Berlin; una llamada, en definitiva, a “preservar el arte, la ciencia y el mundo contra el fascismo” (Celena E. Kusch).

"Kenwin"

Durante seis años, su casa en Suiza se convirtió en el refugio de al menos un centenar de personas que escapaban de la persecución del gobierno nazi alemán, hasta su propia huida a Londres en 1940 a través de Francia y España, que duró alrededor de tres meses.
No volvería hasta 1946.

Esta experiencia la marcó, y la llevaría a escribir “Visa para Avalon”.
Curiosamente, se sabe que en 1939 había comenzado a realizar prácticas de vuelo.


Como apunta Elizabeth Lloyd-Kimbrel, la lectura de “Visa para Avalon”  tiene diversos niveles:  “Con “Visa para Avalon” (…) retrocede y usa el futuro para echar un vistazo a un presente que parece no conocer el pasado (…) En la leyenda, Arturo es llevado a Avalon solo después de que ha luchado duramente contra el mal que destruiría su ideal. Los principales protagonistas de “Visa para Avalon” no luchan contra el Movimiento o el Gobierno. No hay una heroica figura como Arturo, sino gente corriente que se ponen a sí mismos en peligro para ayudar a otros.”


Bryher había adquirido en 1935, junto con su amigo Robert Herring, la revista literaria Life and Letters, que renombraron como Life and Letters To-Day.
Anteriormente, había sido “fundamentalmente un vehículo del grupo de Bloomsbury de escritores y artistas, y en esa época, publicó a autores como Vita Sackville-West, Bertrand Russell y Robert Graves.”

En la etapa de Bryher, el objetivo –una vez más- era crear una comunidad internacional de artistas modernistas, y que los lectores británicos tuvieran la oportunidad de contar con una gama variada de ideas. Anota Emily Vojcik:
“Renata Morresi sostenía que [la revista] promovía a jóvenes talentos (…) e incluía nuevas ciencias como el psicoanálisis y la antropología, y nuevas artes como el cine.”

En sus números aparecen colaboradores como los hermanos Sitwell, Siegfried Sassoon, Gertrude Stein, y Havelock Ellis; y en la “Sección de Cine”, artículos de Sergei Eisenstein. Por la literaria aparecieron Dylan Thomas, Dorothy Richardson, Marianne Moore, Thomas Mann y una “jovencísima” Elizabeth Bishop. Y cita Bryher en sus “memorias de la guerra”, The Day sof Mars:“creo que el primer relato de Sartre traducido al inglés y uno de los primeros cuentos de Kafka.”

En el otoño de 1936, en el “Editorial” de apertura, sin firma, invitaba a los lectores a unirse a una comunidad “no sólo artística”, sino implicada en el desarrollo social y político. Y refiriéndose a la Guerra Civil española:
“Hace un año expresamos nuestra intención de ser no-políticos en estas páginas (…) Pero un año es un año, y sería inútil sostener ahora que la guerra civil española no es asunto nuestro. Es un asunto de todo el mundo. Esperamos hablar por nuestros lectores, así como por nuestros autores, cuando decimos que consideramos imposible seguir publicando sin rendir homenaje al valor del pueblo español luchando en apoyo a su gobierno.”

Y continuaba reprobando “la cobertura de la guerra en la prensa inglesas y francesa, y denunciando la imagen que los medios de comunicación daban de los partidarios del gobierno como “los rebeldes de verdad”, y avisando que tales medios podrían ser heraldos de lo que pudiera venir a Gran Bretaña o Francia, de tomar el poder una fuerza fascista.”

  
La revista cerraría en 1950, no sin antes resistir que las bombas de la guerra destruyeran hasta tres redacciones diferentes.

“Hay otra actividad literaria por la que Bryher goza de renombre: su correspondencia (…) especialmente las cartas que intercambió con artistas y escritores americanos (…) que alimentó una cultura euro-americana modernista firmemente híbrida” (Marina Camboni).

En palabras de Marianne Moore (1991), que reproduce Marina Camboni:
“Bryher, aunque no le gustaría que lo mencionase, ha hecho más que nadie por mantener contactos internacionales durante las guerras, y por mantener unida a su gran familia de intelectuales, dispersos por muchos países. Los ha cuidado en la guerra y en la paz.”

A partir de 1952, comienzan a publicarse sus novelas históricas, con gran éxito y reconocimiento.
En ese sentido, Elizabeth L. Kimbrel indica que los editores británicos de Bryher no publicaron “Visa para Avalon” aduciendo que era “demasiado diferente a su trabajo habitual y que los lectores británicos no lo comprarían (…) Más probablemente (y como Bryher sospechaba), los paralelismos topográficos, sociales y políticos con la vida en Gran Bretaña resultaban un poco demasiado próximos para resultar cómodos.”
Sería publicada en 2005.

Amy Lowell sería galardonada en 1926 con el Premio Pulitzer de Poesía a título póstumo.

Robert McAlmontfallecería en 1956 en Desert Hot Springs, California (EE.UU.)

Tras el cierre de Close Up en 1933, Kenneth Macphersonvivió un tiempo con Peggy Guggenheim.
En 1947 compró una villa en Capri, donde vivió con su pareja, el fotógrafo Algermon Islay de CorcyLyons. Murió en Cetona, en la Toscana italiana, en 1971.

Entre 1940 y 1946, Bryher viviría en Londres con H.D.; ya no volverían a vivir juntas, pero su relación continuaría hasta la muerte de la poeta en 1961, tras sufrir una herrorragia cerebral y permanecer dos meses en una clínica de Zurich (Suiza).
Su hija, Perdita Macpherson Schaffner, emigró a EE. UU., formando su propia familia. Trabajadora, ensayista, aficionada al teatro, sus cuatro hijos se dedicaron, o dedican, al periodismo, la publicidad o la poesía. Murió en 2001.

Annie Winifred Ellerman, Bryher, falleció en su casa de Kenwin en 1983.

Isla de Bryher (fotografía del blog de Diana Birchell)

“Digo ¿dónde estás?
Pero solo se oyen los robles susurrando en el viento.”
Amy Lowell. El Jardín de Sevenells.
Traducción: Marta Porpetta. Torremozas.

Fuentes
Camboni, Marina.“Bryher’s letters to Amy Lowell; or, How to Desire America, Build the Poet and Promote Transatlantic Relationships.”
Kusch, Celena E.“The Bryher Chronology: Biography, Dates, and further reading.”
Harding, Marion.“People, Places and Events.”
Liesch-Goodkey, Kristin. “What If We Didn’t Talk About Sex?:Bryher’sBeowulf, Desire, and Gender Identity”
Lloyd_Kimbrel, Elizabeth.“A modernist Echo: Bryher’sVisa for Avalon and Morris’s Earthly Paradise.”
Wojick, Emily.“Their own privately subsidized firm. Bryher, H.D., and “curating” modernism.”

Traducción textos en inglés: Esther González.
Fotografía de cabecera: Fábrica de la Compañía Douglas Aircraft en Long Beach, EE.UU. (1942)

#owen100. Ultimo día de un poeta: Wilfred Owen.

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Esta madrugada se cumplen 100 años del  último día de un poeta, Wilfred Owen, emblema de su generación, conocidos como War Poets.
Tenía 25 años.

Cien años del último día de  un hombre que cambió su modo de escribir poesía cuando se encontró de frente con los horrores de la guerra, con la verdad de la guerra.

Le recordamos, y tenemos que recordarle:

Porque comenzó a escribir poesía deseando ser poeta con todas sus fuerzas

Porque no pasó los exámenes para una beca en la Universidad y, desengañado de la religión tras ser ayudante de vicario, se metió en cama en casa de sus padres durante semanas.

Porque emigró a Burdeos, Francia, donde malvivió, explotado, como profesor de inglés.

Porque, humano al fin y al cabo, es verdad que  tuvo “pruritos de grandeza” (como dicen de Quevedo), y que no llevaba bien su homosexualidad, y ansiaba aprobación y reconocimiento.


Porque una de las mejores campañas de propaganda del siglo XX, la presión social y la posibilidad de ser oficial le empujó, ingenuamente, a alistarse en los Artist Rifles de Duke Street, Londres (actualmente escuela  de ballet), creyendo que se trataba de un regimiento de artistas: pintores, poetas, escritores, músicos… Algo hubo en sus orígenes, pero en 1916…

Porque, como escribió a su madre:
“I have not been at the front.- I have been in front of it.”

(“No he estado en el frente; he estado enfrentede él.”)

Porque, de la noche a la mañana, hubo de responsabilizarse de diez hombres tan o más jóvenes que él, revisar sus pies todas las noches: llegó en enero a las trincheras, con temperaturas bajo cero y lluvias que las inundaban. Peligro de congelación y gangrena.


Porque quedó enterrado con cadáveres de amigos, vio morir o desaparecer sin rastro, se despertó por los aires tras la explosión de un proyectil, resistió bombardeos de 50 horas sin moverse.

Porque sobrevivió a ataques de gas, describiéndolos como el mejor testigo:

“Si pudieras oír con cada sacudida
Cómo sale la sangre de su pulmón enfermo,
Obscena como el cáncer, amarga como el vómito
De incurables heridas en lenguas inocentes,
Amigo, no dirías entusiasta
A los muchachos sedientos de una ansiosa gloria
Esa vieja mentira: Dulce et decorum est
pro patria mori.
(Traducción de Gabriel Insausti).

Porque, acabó con la entonces llamada “neurosis de guerra” en un hospital en Escocia; paradójicamente, coincidió con Siegfried Sassoon, poeta y paciente “peculiar”, que valientemente había denunciado el curso de la guerra.

Porque, por su mediación,  sus poemas fueron acogidos, escuchados y valorados en el privilegiado círculo de Robbie Ross (verdadero amigo de Oscar Wilde), en su casa de Half Moon Street


Porque el último año de su vida, mientras se preparaba para volver al frente en
Ripon, alquiló una buhardilla y revisó sus poemas.

Porque –especialmente ese último año-  intentó ser él mismo, a pesar de sí mismo.


Y porque, como si nos estuviera viendo cien años después, en el prefacio para su poemario, que escribió antes de su muerte, se lee:
“TODO LO QUE UN POETA PUEDE HACER HOY ES ALERTARLES. POR ESO LOS VERDADEROS POETAS DEBEN DECIR LA VERDAD.”



























 Owen Memorial, Oswestry

Poeta de guardia XXXVI. Mercedes Merino.

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NOSTALGIA

En los inicios hubo un faro.

Componíamos notas mágicas
entre risas y miradas.

Los intervalos eran largos
subíamos a la montaña
a una casa de colores
para desmontarla.

Aquellos viajes en coche
nos acercaron.

En esta fotografía puedo ver el agua
semejante al momento
en el que vivo.

Hay un faro solitario
que no sabe lo que aguarda.


© Mercedes Merino Verdugo
"La necesidad y los sueños." 
Primera edición: julio 2018.
Editado por www.liberfactory.com

Fotografía de cabecera: 
http://enlasoledaddelfaro.blogspot.com/

Video publicado en Youtube.com por +specht1958

En recuerdo de Margarita Moreno. Presente en el día que no se acaba.

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Durmiendo entre hojas caídas de otoño,
la tierra se hincha hasta tocar el cielo
¿Quién dejó que el otoño se desvaneciera en la distancia?
¿Cuál es esa canción que emerge del mar?
¿Quién pintó nubes grises en el lienzo del espacio?
Basta la caída de una hoja dorada para alterarme el corazón.
Mientras sostengo en mi mano las estaciones de la creación
y me hago amigo de la tierra y del cielo
la vida duerme profundamente bajo mis pies.
Cuerpo atado con firmeza bajo la ancestral tierra.

De mil direcciones llega un viento de cielo y mar
que empuja a lo alto y lejos las alas de un ave solitaria.
Regreso, en armonía con el vacío.


Autor: Tru Vu, poeta vietnamita.
Fuente: "En el ahora. Meditaciones sobre el tiempo." Thich Nhat Hanh.

Poeta de guardia XXXVII. Thomas Ernest Hulme.

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A touch of cold in the Autumn night
I walked abroad,
And I saw the ruddy moon lean over a hedge
Like a red-faced farmer.

I did not stop to speak, but nodded;
And round about were the wistful stars
With white faces like town children.



Un poco de frío en la noche de Otoño.
Caminando a la intemperie
vi a la rojiza luna inclinándose sobre un seto
como un granjero de cara rubicuanda.

No me detuve a hablar, pero asentí;
y por todo en derredor había estrellas melancólicas
con caras blancas, como niños de ciudad.

Traducción de Enrique Gutiérrez Miranda




Considerado más crítico y ensayista trascendente que poeta, su interés por la Filosofía le llevó a traducir obras de Henri Bergson (a quien conoció personalmente en París) y las Reflections on Violence, de Georges Sorel, durante el segundo año de la Gran Guerra (1915). Bergson, especialmente, le llevaría a la idea de “imagen” y la elaboración teórica del Imagismo.

Otras de sus influencias destacadas fueron el historiador de Artealemán Wilheim Worringer (“Abstracción y Empatía”, 1908); y Remy de Gourmont, en lo que se refiere a “sus estudios de sensibilidad y estilo”, según apunta el editor en inglés de Wikipedia.

Tras su paso -digamos “agitado”- por la Universidad de Cambridge, viajó durante varios meses por Canadá, trabajando en el ferrocarril y en serrerías, hasta recalar en Bruselas, donde centró sus estudios y continuó trabajando; desde 1909 escribiría artículos para The New Age, hasta su fallecimiento durante la Primera Guerra Mundial.

Aunque su producción poética es escasa –alrededor de veinticinco poemas-, creador infatigable de tertulias y grupos de debate, fue secretario del Poets’ Club, donde conocería a Ezra Pound y F. S. Flint.

Su poema “Autumn” es considerado uno de los primeros poemas “imagistas”.

Señala Anxo Pastor, en su artículo en la revista “Frontera D”, que para T. E. Hulme “la comunicación real entre los seres humanos se produce solamente mediante imágenes. Creía que “El pensamiento es anterior al lenguaje y consiste en la presentación simultánea a la mente de dos imágenes diferentes”.

Thomas Ernest Hulme (1883-1917), en 1912.

El arte “moderno” “ya no se ocupa de las acciones heróicas sino que se ha vuelto, al fin, definitivamente instrospectivo y se ocupa de la expresión y de la comunicación de fases momentáneas de la mente del poeta.”

Alistado voluntario en artillería en los últimos meses de 1914, el primer año de la Primera Guerra Mundial, a los pocos días de su trigesimo cuarto cumpleaños (1917) le alcanzaría de lleno un proyectil cerca de Nieuwpoort, Flandes (Bélgica).
Está enterrado en el Cementerio Militar de Koksijde, West-Vaanderen.

Queda pendiente de recorrer el fascinante itinerario de estos autores y autoras, entusiastas y creativos, en continuo movimiento y búsqueda, de las primeras décadas del siglo XX.


FUENTES:

“Breve antología de poetas imaginistas”. Anxo Pastor. Traducción de Christian T. Arjona y Natalia Fernández:

Fotografía de cabecera:
Krista Lundgren. Redmond, US Wildlife Service (dominio público).


Ruth M. Anderson. Asturias, 1925.

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Barrio de San Lucas [construido en 1875]
Villaviciosa, 20-24 de abril, 1925

Volviendo del molino transportando un fuelle lleno de harina
Cangas de Tineo [actualmente, "del Narcea"], 2-7 de mayo, 1925


Mujeres vendiendo mantequilla envuelta en hojas de repollo
(detalle) Tineo, 7 de mayo, 1925

Feria. Vendiendo madreñas (detalle)
Cangas del Narcea, 2-7 de mayo, 1925


Filipinas vendiendo alfrombras de Castilla
Avilés, 5-7 de marzo, 1925


Casa de pescador. 
Cudillero, 8-10 de marzo, 1925


Chicos vestidos de Carnaval
Oviedo, 24 de febrero, 1925


Fiesta de Santa Marina. Mujer fotógrafa (detalle).
Parres, Llanes, 18 de julio, 1925



En 1922, Ruth Matilda Anderson (1893-1983) era ya conservadora de fotografía de The Hispanic Society of America, museo y centro de investigación de la cultura española, hispanoamericana y portuguesa, creada en 1904 en Nueva York (Estados Unidos).
Esta institución recibió el Premio “Princesa de Asturias” de Cooperación Internacional en 2017.

Por encargo de la HSA, viajaría a Asturias en 1925, en compañía de su padre, en su segundo viaje a España.

En la carta de fecha 23 de marzo,  que dirigió a la Dirección General de Bellas Artes de Madrid “para conseguir el permiso necesario para realizar su trabajo” (Noemí Espinosa Fernández, introducción de “Hallazgo de lo ignorado”), se presentaba así:
“Mi padre, Mr. Alfred T. Anderson y yo, Miss Ruth Matilda Anderson, somos vecinos de Kearney, Nebraska, los Estados Unidos de América. Hemos venido a España para que yo pueda comprar y hacer, para estudiar y publicar en los Estados Unidos de América, fotografías de los elementos distintivos de la vida y del arte españoles (....), los elementos únicos y variados con que España ha contribuido a la civilización y la cultura del mundo”.

Durante su estancia en Oviedo se alojó en el Nuevo Hotel París y, por el detallado itinerario que se conserva, se sabe que visitó Santa Cristina de Lena.

En su introducción, Noemí Espinosa destaca la generosidad y colaboración de la población, funcionarios y autoridades, facilitando el trabajo de la fotógrafa y su padre, también fotógrafo de profesión y su primer maestro.


En cierto modo, supuso una especie de aventura no sólo para ambos fotógrafos, sino para los habitantes de los lugares que visitaban. Sirve de ejemplo el comentario que el señor Anderson escribe a su esposa cuando estaban en Luarca, apenas una semana después de su llegada, en febrero de 1925:
“Casi llegando al hotel vimos a un grupo de mujeres con sus cántaros de leche […] Estaba oscureciendo pero montamos la cámara y puse una buena carga de polvo en el flash. Cuando ya estábamos preparados para tomar la foto, había una gran multitud congregada, pero en el grupo había dos o tres policías que nos ayudaron a mantener el orden. Tendrías que haber oído a la gente exclamar cuando se disparó el flash.”

Y prosigue Naomí Espinosa:
“Para realizar estas fotografías, Anderson se aprovechó de varias fuentes de información. En primer lugar consultó publicaciones no solo en la biblioteca de la Hispanic Society sino también en el extranjero. Su padre habla de la cantidad de libros que compró en España. También cuenta que durante los meses de febrero y marzo de 1925 Anderson pasó muchas tardes en la biblioteca pública de Oviedo concentrada en el estudio de los libros de Aurelio de Llano y de otros autores de los que aprendió buena parte de la historia local. Para comprender el espíritu de la región […] leyó los trabajos de Azorín y Leopoldo Alas (Clarín).”

Santa Cristina de Lena
Fotografía: Angel M. Felicísimo

Precisamente con Aurelio de Llano, delegado regional de Bellas Artes, visita el 5 de febrero la iglesia prerrománica de Santa Cristina:
“Mientras Anderson fotografiaba los alrededores, pudo escuchar la conversación que mantenía De Llano con la anciana encargada de la ermita en la que hablaban sobre las hadas, las “xanas”, que según la anciana vivían en un río cercano.”

La correspondencia con su madre -e igualmente las cartas del señor Anderson- es detallada y entrañable.

Una de ellas concluye así:
“He restregado esta carta con eucaliptus, ¿lo hueles?”.


FUENTES:

“Hallazgo de lo ignorado. Fotografías de Asturias de Ruth M. Anderson para The Hispanic Society of America 1925.” (2018).

Wikipedia:

Artículo de M. F. Antuña en El Comercio, de fecha 19-07-2018:



NOTA.

Curiosamente, Ruth Mathilda Anderson nació un 8 de septiembre, festividad oficial del Principado de Asturias en el que se celebran diversas advocaciones de la Virgen María como la de Covadonga o la Virgen del Acebo, culto probablemente milenario y de gran devoción en el área de su santuario (Cangas del Narcea).

Anderson debía conocer esta coincidencia, puesto que entre los muchos fotógrafos que conoció en Asturias se encontraba José González Merás (1873-1956), sacerdote, que residía en el santuario de Covadonga, y al que le encargaría “una serie sobre los festejos en honor a la Virgen de Covadonga del 8 de septiembre.”
  
Ruth M. Anderson en Salas, mayo de 1925

En recuerdo de Margarita Moreno, de las risas de entonces

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Cedro tumbado
cubierto por la nieve.
El rojo del corte.

Nishiguchi Sachiko


Galdós -Don Benito Pérez Galdós-, y su Madrid.

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"Entre ñoñeces y monstruosidades dormitaba entonces la novela española (...) cuando apareció Galdós con "La Fontana de Oro." 
Marcelino Menéndez Pelayo.

 

Omnibus, carruaje cerrado tirado por caballerías
[en la imagen, pasando por delante de la actual "Casa de América"]
Fotografía anónima, hacia 1885


Vivienda del barrio de Las Injurias, Madrid
Fotografía:"Alfonso" (hacia 1915)

Tipos de Madrid en el barrio de La Latina
Fotografía: Santiago Ramón y Cajal (1905)


"Casi puedo decir -escribió Vicente Aleixandre-, que aprendí a leer con Galdós. Primero, de niño, con los "Episodios Nacionales". Luego fueron las novelas sorbidas con hechizo hasta el agotamiento."

Benito Pérez Galdós (1904)
Fotografía: "Káulak"

"A los pocos meses era yo el primer admirador de Galdós; de aquel ingenio tan original, rico, prudente, variado, robusto, que prometía lo que empezó a cumplir muy pronto: una restauración de la novela popular, levantada a pulso por un hombre solo."
Leopoldo Alas "Clarín".
Corrala de la calle Mesón de Paredes, Madrid
Fotografía: Martín Santos Yubero (hacia 1920)

"Las casas de vecindad -escribió Galdós- son tantas, que aterra ver cómo se improvisan los barrios de colmena."


Extrarradio, Madrid
Fotografía: "Alfonso" (hacia 1920)

"En el primer tercio del siglo XX llegaron a Madrid cerca de medio millón de forasteros, condenados a vivir en las barriadas del extrarradio: "Yo había visitado en Londres el barrio de Whitechapel y otros del remoto Este. Entre aquella miseria y la del bajo Madrid, no sé cuál me parece peor."


Imagen estereoscópica del Rastro madrileño, hacia 1895
Colección Fernández Rivero


En el cuarto de trabajo de su casa del Paseo de Areneros
Fotografía: Manuel Compañy (hacia 1900)


Banco de España, Madrid
Fotografía: Sucesores de "Laurent" (1890)
"Galdós observó con interés la cambiante realidad edilicia de Madrid. En su artículo "De re arquitectónica" se ocupó de la construcción del Banco de España."
Calle de Alcalá [al fondo, la Puerta de Alcalá]
Fotografía: "Moreno" (hacia 1900)

"Galdós la consideraba como la más hermosa, elegante y alegre de la capital."
 
Con los hermanos Serafín y Joaquín Alvarez Quintero en el Teatro de la Princesa [actual "María Guerrero"], en el estreno de "Marianela"
Fotografía:"Cortés", octubre 1916


Exhibición de globos aerostáticos
Antiguo "Campo del Gas", próximo al Rastro
Fotografía: Francisco Goñi (11-11-1908)


En el patio de su casa de la calle Hilarión Eslava
Fotografía:"Alfonso", invierno 1918

"Yo recuerdo con ternura a aquel hombre maravilloso, a aquel gran maestro del pueblo, Don Benito Pérez Galdós, que tenía la voz más verdadera y más profunda de España."
Federico García Lorca.

 

Inauguración del monumento a Benito Pérez Galdós (en la foto)
Fotografía: Luis R. Marín (1919)

"A su sepelio [fotografías de "Campúa" en la exposición] acudió una multitud innominada, anónima, de ésas que él escuchó tantas veces desde su balcón, días y días, tardes y tardes, antes de ponerse a escribir." María Zambrano.



Fotografías y citas (salvo corchetes): Exposición "Galdós en el laberinto de España". 

Real Academia  Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.

Comisario: Publio López Mondéjar.

Hasta el 3 de enero.

Enlace Exposición Galdós Real Academia Bellas Artes San Fernando (Madrid)




"[Cervantes y Galdós] son, probablemente,  nuestros únicos escritores que conocieron lo que es la generosidad, y que fueron capaces de comprender y  respetar una actitud  humana, o un punto de vista, contrarios a los suyos."
Luis Cernuda.

 

 

"Platero y yo", 1914

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                                         Primera edición de "Platero y yo", 1914. 
                                                         (Ediciones de la Lectura).



Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.



Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… Lo llamo dulcemente: “¿Platero?”, y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal…

Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas, mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel…


Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:

-Tien’ asero…

Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.


Platero y yo”. 
Juan Ramón Jiménez.
Marido de Zenobia Camprubí. 
Premio Nobel de Literatura 1956.


Ilustraciones de Fernando Marco para la edición de 1937 incluidas en la edición conmemorativa de Austral, 2006.

Oído en el programa “El placer de escuchar”:







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