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Channel: Los árboles invisibles Poesía de la Gran Guerra, 1914-1918
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David Jones. Excalibur en las tierras baldías.

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"Yo estaba con Abel cuando le encontró su hermano,
bajo el verde árbol."


“Jones nunca superó la guerra, ni siquiera en el plano físico. Al igual que Hemingway, que elegía su mesa en la esquina de un restaurante para asegurar sus flancos y su retaguardia, alrededor de 1943, Jones dijo refiriéndose al tipo de cuadros que disfrutaba pintando: ”Siempre que puedo trabajo desde la ventana de una casa. Me gusta observar el mundo desde una posición relativamente bien resguardada”. 
El dibujo fue su vocación desde los cinco años.
Dibujo de David Jones, frente de La Bassée, marzo 1916


Paul Fussell, en su extraordinaria obra “La Gran Guerra y la memoria moderna”,  le describe así:
“singular genio moderno y de difícil definición, medio inglés, medio galés y, todo en uno, pintor, poeta, ensayista, grabador, portento del flolclore y la liturgia y adepto del mito, el ritual y el relato legendario…”

"Desnudo masculino", Tate Gallery, 1913.



Nacido en Brockley, Kent, en 1895, para 1914 David Jones ya había concluido sus estudios como delineante y diseñador en la Escuela de Arte de Camberwell.
En enero de 1915 se alistó en los Reales Fusileros Galeses, como Siegfried Sassoon y Robert Graves el año anterior, permaneciendo en el frente desde diciembre del mismo año hasta marzo 1918:
“Se consideraba a sí mismo un hombre “grotescamente incompetente [como soldado], […] la desesperación de la Compañía”.


La guerra le dejó “un impacto imborrable e inseparable de la idea de relato legendario medieval.”
Frederic George Stephens. "Morte d'Arthur", 1850-1855

En 1921, convertido al Catolicismo, entró en contacto con la comunidad artístico-religiosa de Ditchling, Sussex, que dirigía Eric Gril, escultor, grabador y tipógrafo.

Durante años practicó el arte del grabado y de la acuarela, trabajando posteriormente como ilustrador para Faber and Faber e imprentas privadas.
Su temática se centraba principalmente en las leyendas artúricas, puesto que Malory fue siempre uno de sus autores favoritos”.
"Chart of sources for Arthurian legends", 1943 © The estate of David Jones

En 1937 publicaría "In Parentesis", un poema épico al que dedicó diez años, en el que se mezclan géneros, lenguajes y épocas, con alusiones literarias, entre otras a Shakespeare, Lewis Carroll, “La canción de Roland” y el poema galés del siglo VI “Preiddeu AnnwnT.S. Eliot la calificó como “la obra de un genio”.

"Estudio de soldados jugando a los dados al pie a la Cruz", c. 1921. 
 © The estate of David Jones

Es el itinerario de un personaje central, el soldado John Ball, desde un mundo que “todavía es vegetal y mineral, todavía es inocente” hasta que “se torna animal” tras "la visión y el olor de los primeros cadáveres”, y a través de los cráteres provocados por las bombas: 
en el interior de uno de ellos hay “un piquete metálico en forma de sacacorchos, medio sumergido, como la oscura Excalibur, y al que ha retorcido un perverso conjuro.

En un intento de mostrar “el poder de la guerra para eternizarse”, describe más adelante un “patio trasero urbano de la década de 1930”:
"La de los gallineros mal cuidados ubicados en desvíos, en lluviosos días laborables en los que la tierra baldía se junta con su entorno. Entre las ortigas y la basura hay cubos agujereados que rebosan de desechadas latas de carne, ruedas que se pudren, residuos de artículos de ferretería a los que el tiempo ha ido deteriorando poco a poco."

 Jack Sullivan. "Mametz Wood: Known unto God (8), 7th-12th July 1916", 1984 
Butetown History & Arts Centre



Pienso que estamos en el callejón de las ratas,
donde los muertos pierden sus huesos,
(…)
Puedes oir el silencio de aquello,
puedes oir las ratas en la tierra de nadie
excavando sus intrincaciones,
abriendo sus pacientes obras,
cras, cras cras,
cavando la tierra, con sus astutas patas similares a paletas;
redimen la hora de nuestra mezquindad para cavar su propio
                                                                         [paraíso anfibio.



Paul Fussell. "La Gran Guerra y la memoria moderna". Traducción de Javier Alfaya, Barbara McShane y Javier Alfaya McShane. Turner, 2006.

Poeta de guardia XXXII: Rosa Chacel.

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A Nikos Kazantzakis

Yo me encontré el olivo y el acanto
que sin saber plantaste, hallé dormidas
las piedras de tu frente desprendidas,
y el de tu búho fiel, solemne canto.

El rebaño inmortal, paciente al canto
de tus albas y siestas transcurridas,
las cuadrigas frenéticas, partidas
de tus horas amargas con quebranto.

La roja musa airada y violenta,
la serena deidad épica y pura
que donde tú soñabas hoy se asienta.

De estas piezas compongo tu escultura.
Nuestra amistad mis años mismos cuenta:
de ti hablaban mi cielo y mi llanura.




Cuando Rosa Chacel y su marido regresan de Italia, en 1927, "nos encontramos con que había un movimiento literario del que estábamos perfectamente informados. Conocíamos sus albores desde el 20 y habíamos seguido desde Roma su marcha triunfal."

 Retrato de Rosa Chacel, por Timoteo Pérez Rubio

Se había casado en 1921 con el pintor pacense Timoteo Pérez Rubio; pensionado de la Academia de España en Roma, permanecieron en  la capital italiana esos seis años, realizando viajes cortos a algunos puntos de Europa, como  París, donde frecuentaban la casa de Max Ernst y conocieron de primera mano el surrealismo.

Sala del Museo del Prado, durante la Guerra Civil

En marzo de 1937, Rosa y su hijo Carlos parten hacia París, mientras Timoteo Pérez Rubio continúa en España: Será uno de los responsables de la evacuación de obras del Museo del Prado y otros museos y colecciones particulares, y de la seguridad de su periplo hasta su depósito en la Sociedad de Naciones en Ginebra, Suiza.

En 1938, Rosa se dirige a Grecia, donde coincide con su amiga Concha Albornoz. Ambas se alojaron en la casa de Eleni y Nikos Kazantzakis.

Rosa Chacel realizó la versión castellana de "Libertad o muerte", de Kazantzakis, publicada en Buenos Aires en 1957.

"Yo, francamente, no distingo lo que hay dentro de mi cabeza de lo que queda escrito. Lo que te puede dar una idea de este hecho son aquellos poemas que escribía andando con mi padre..."
"[Desde los 12 años hacía versos] Pero no los escribía, tampoco [...] Los hacía, generalmente, paseando con mi padre hasta la Puerta de Hierro. Íbamos callados (...) Cuando había que cruzar una calle, mi padre me cogía del brazo para que no me atropellara un coche (...) cuando volvíamos a casa yo había hecho un poema."

Estatua de Rosa Chacel en la Plaza de Poniente de Valladolid
Fotografía: Rondador, 2007, licencia Creative Comons


“Antología de poetisas del 27”. Edición, introducción y notas de Emilio Miró. Editorial Castalia, 1999.
“Rosa Chacel: premio nacional de las letras españolas, 1987.” Anthropos. Ministerio de Cultura, 1990.
https://books.google.es/books?isbn=8476582161

    Poeta de guardia XXXIII: Ted Hugues.

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                                    WODWO

    ¿Quién soy aquí husmeando, dando vuelta a las hojas,
    siguiendo una pálida mancha en el aire hasta la orilla
        del río?
    Me meto en el agua. Quién soy al dividir
    el grano cristalino del agua buscando protección veo
        el lecho
    del río por encima de mí al revés muy claro
    ¿Qué estoy haciendo aquí en el aire? ¿Por qué encuentro
    tan interesante esta rana al inspeccionar su más 
        secreto
    interior y hacerlo mío? ¿Me conocen
    estos juncos e intercambian mi nombre me han visto
    antes, encajo en su mundo? Parece
    que me separo del suelo y no enraizado sino 
        caído
    de nada casualmente no tengo hilos
    que me aten a nada puedo ir a cualquier sitio
    parece que me han dado la libertad 
    de este lugar ¿qué soy entonces? Y coger
    trozos de corteza de este tronco podrido no me da
    placer y no sirve para nada ¿por qué lo hago entonces?
    mi yo y hacer esto han coincidido muy
    extrañamente
    Pero cómo me llamarán soy el primero
    tendré un propietario qué forma soy qué
    forma soy soy grande si avanzo
    al final de este camino más allá de estos árboles y más allá 
    de estos árboles
    hasta caer cansado tocando un muro mío
    por ahora si me siento tranquilo cómo se para
    todo para mirarme a mí supongo que soy el centro
    exacto pero todo esto qué es son raíces
    raíces raíces raíces y otra vez el agua
    todo muy extraño pero seguiré buscando



    "... Casi nada que ver [su poesía] con nada ni con nadie, excepto con antecedentes claros como Whitman o Lawrence, o con una especie de radical búsqueda de un lugar nuevo para el hombre en una naturaleza no devastada ni desnaturalizada. Los escenarios de cazador y pescador de su infancia renacen con una fuerza salvaje, incómoda, de una aspereza naturalista a veces insoportable  (...) con el fin de reconocer la manera con que la vida se expresa lejos de las convenciones que la desnaturalizan y privan de autenticidad."

    "Antología esencial de la Poesía inglesa". 
    Introducción, selección y traducción de Angel Rupérez.
    Colección Austral. Espasa Calpe, S.A., 2000.

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    Ted Hugues describe al wodwo en su ensayo "Learning to think" (Poetry Is, 1970), como una especie de criatura mitad hombre, mitad espíritu animal de los bosques.
    "Woodwo" fue publicado en 1967. 

    Poeta con niño

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    Gabriela Mistralcon su hijo Juan Miguel, Yin Yin
    Primera mujer latinoamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura (1945). Su seudónimo literario es un homenaje a dos de sus poetas favoritos, Gabriele D'Anunzio y Frédéric Mistral.

    Hay besos que pronuncian por sí solos 
    la sentencia de amor condenatoria, 
    hay besos que se dan con la mirada 
    hay besos que se dan con la memoria. 

    Hay besos silenciosos, besos nobles 
    hay besos enigmáticos, sinceros 
    hay besos que se dan sólo las almas 
    hay besos por prohibidos, verdaderos. 

    Hay besos que calcinan y que hieren, 
    hay besos que arrebatan los sentidos, 
    hay besos misteriosos que han dejado 
    mil sueños errantes y perdidos. 


    Luis Cernuda, con Rosa Chacel y su hijo Carlos


    Donde habite el olvido,
    En los vastos jardines sin aurora;
    Donde yo sólo sea
    Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
    Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

    Donde mi nombre deje
    Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
    Donde el deseo no exista.

    En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
    No esconda como acero
    En mi pecho su ala (...)





    Vyvyan, el hijo pequeño de Oscar Wilde, sobrevivió a la Primera Guerra Mundial; no así Cyril, el mayor, que murió en 1915 al ser alcanzado por un francotirador alemán. Vyvyan recordaba a su padre como un hombre cariñoso y buen compañero de juegos, que se hacía pasar por un león, un lobo, un caballo...


    Me habría sentado en el círculo de mármol donde
              el más viejo bardo es como el más joven,
    y la flauta siempre produce su miel, y cuerdas
              de lira están siempre prestas.

    Hubiera Keats sacado sus rizos himeneos
              del vino con adormidera,
    habría besado mi frente con boca de ambrosía,
              tomado la mano del noble amor en la mía.

    Y en primavera, cuando flor de manzano
              acaricia un pecho bruñido de paloma,
    dos jóvenes amantes yaciendo en la huerta
              habrían leído nuestra historia de amor.
    (...)
    He elegido, he vivido mis poemas y, aunque
              la juventud se fuera en días perdidos,
    hallé mejor la corona de mirto del amante
              que la de laurel del poeta.


    Oscar Wilde. "Flores de Amor". 

    Versión de E. Caracciolo Trejo
    Edición de Libros Río Nuevo 2001.






    Rosalía de Castrocon su marido, Manuel Murguía, y sus hijos (Alejandra, Aura, Gala, Ovidio y Amara)


    No lejos, en soto profundo de robles,
    en donde el silencio sus alas extiende,
    y da abrigo a los genios propicios,
    a nuestras viviendas y asilos campestres,
    siempre allí, cuando evoco mis sombras,
    o las llamo, respóndenme y vienen.






    Wilfred Owen con Arthur Newboult en Leith, Edimburgo (julio, 1917)

    La familia Newboult era amiga de Susan, la madre de Wilfred. El poeta se alojó en la casa de esta familia con motivo de algunos encuentros con su madre o durante sus permisos. Con el pequeño Arthur, de siete años, llegó a trabar muy buena amistad, pasando mucho tiempo juntos. También le dedicó poemas, como "Winter song".

    No es tan intenso el rojo de unos labios
    como el de aquellas piedras que besan nuestros
        muertos.
    (...)
    como retiembla un cuerpo apuñalado
    que cae allí donde parece
    que a Dios ya no le importa,
    (...)
    Corazón, corazón, no has sido nunca
    grande como el que recibe un disparo.
    Y, aunque tu mano sea pálida,
    lo son aún más aquellos que secundan
    tu carrera a través de llamas y alaridos.
    Puedes llorar, pues no puedes tocarlos.

    "Amor mayor". Traducción de Gabriel Insausti.
    "Wilfred Owen. Poemas de guerra". Acantilado.


    Fuente:
    Página web http://amediavoz.com/
    (salvo poema de Wilfred Owen).



    "Nocturno" Op. 9, No. 2  Andante, interpretado por Maurizio Pollini.

    Las "verdes caracolas del espanto" de Carmen Conde

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    Fosa común exhumada en Potočari en 2007 (d)

    I
    Mientras los hombres mueren os digo yo, la que canta desoladas provincias del Duelo, que se me rompen sollozos y angustias contra barcos de ébano furibundo; y la fruta par de mis labios quema de suspiros porque los cielos se han dejado hincar imprecaciones sombrías (...)
    ¡Cállense todos los que no se sientan doblar de agonía hoy (...) esta mujer os dice que la muerte está en no ver, ni oír, ni saber, ni morir!


    The Ypres (Menin Gate) Memorial. West-Vlaanderen, Bélgica (b)

    XXVIII
    Costado a costado, boca a boca, cuerpo a cuerpo, el Tiempo y yo esta noche nupcial de inauguración del Invierno.
    Guerra. Me aprieta la sangre sus collares de venas. Guerra. Suben por mi cuerpo los pasos que dejé de andar voluntariamente. Guerra. Aprieto mis manos contra mis piernas tensas, duras y morenas. Guerra. ¡Guerra con barro, sangre, plumas de ángeles y de palomas, mantos de Mediterráneo y aleluyas de cielos dispares!
    Mano a mano, nosotros, Tiempo amante, llevamos la órbita de la Guerra.

    Fotografía de Robert Capa. Bilbao, mayo 1937. Colección Museo Reina Sofía
    Donación Cornell Capa, 1998 (a)

    A LOS NIÑOS MUERTOS POR LA GUERRA
    I
    ¡No los deshojéis, cañones; no los tricéis, ametralladoras, bombas grandísimas que caéis del cielo hondo y que parecéis dones de las nubes anchas, no rompáis los cuerpecitos de los niños! (...)
    No. El enemigo no parece padre, y acaso es huérfano también. Por eso lo niños se quiebran en tajos humeantes, y hay por los jardines cabelleras de musgos, rodillas con seda rasgada; suelto todo entre los árboles quebrados, con duelo sostenido de gritos que ayer eran cometas y hoy son pobres encías partidas que ya no gustarán mazorcas ni pezones frescos de madres enamoradas...

    "The killing tree". Choeung Ek, Camboya (c)

    II
    Las verdes caracolas del espanto, y los atronadores murmullos del terror, y el viscoso largo-azul dedo del miedo... ¡Corred, niños, corred por los caminos limpios de pólvora, sin cerebros machacados todavía, hacia las aguas tranquilas, serenas, del silencio y de la vida!
    ¡Corred, chiquillos a los que buscan las púas de las ametralladoras! ¡Dejad atrás a los hombres, desoíd a las mujeres, no escuchéis otra voz que la del viento, la de las bestias sanas y vitales; la voz de la continuidad cósmica, desbaratándose a vuestras espaldas, pero en sí permanente más allá del morir!

    Carmen Conde. "Mientras los hombres mueren" (1938-1939).
    “Antología de poetisas del 27”. Edición, introducción y notas de Emilio Miró. Editorial Castalia, 1999.


    NOTAS.
    (a) Florencio Martínez Aguinagalde, profesor de la Facultad de C. Sociales y de la Información de la UPV, situaba en una carta a "El País" [21/12/1997] el lugar en que Robert Capa tomó esta fotografía: "Se trata del paseo del Arenal; el toldo que aparece sobre las cabezas de los viandantes es del antiguo café Boulevard, cerrado durante años y reabierto hace unos diez con el mismo nombre, y el edificio del fondo, tras el rótulo "Seisdedos", es el hostal Arana, en el que se hospedaron la mayoría de los corresponsales de guerra -seguramente también Capa- que cubrieron la batalla de Bilbao."
    Miran hacia el cielo. Los bombardeos.

    (b) Cada soldado muerto o desaparecido es un nombre, o cada nombre un soldado muerto o desaparecido.
    Todos los que hemos leído sobre la WWI, aunque sólo sea poesía, sabemos que “Ypres” o “el Saliente de Ypres”, las sucesivas batallas en el área de esta población, significa destrucción y miles y miles de muertos y desaparecidos; una de las grandes carnicerías de la Gran Guerra.
    En los paneles del monumento están inscritos más de 54.000 nombres.
    (c) Sí, has leído bien el letrero. 
    Cogían a los niños por los pies y los golpeaban contra el tronco del árbol hasta matarlos. 

    (d) Durante la Guerra de Bosnia (1992-1995), el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una resolución que declaraba Srebrenica “área segura, libre de ataques y otras acciones hostiles”, con presencia de “cascos azules” holandeses con base en Potočari para su protección.
    El 11 de julio de 1995, el Ejército serbio tomó la ciudad, atestada de refugiados y sin agua potable, iniciándose en los días posteriores ejecuciones masivas de bosnios musulmanes (alrededor de 8.000) y la expulsión de miles de personas.
    Informe del Relator Especial de la Comisión de Derechos Humanos (agosto 1995)

    Han sido halladas 93 fosas comunes con más de 6.500 personas sin identificar.

    En 2002, como consecuencia de un informe sobre los asesinatos realizado por el Instituto de Documentación para la Guerra (NIOD), cuya elaboración llevó casi seis años, el Gobierno holandés en pleno dimitió.

    En 2003, el presidente Clinton inauguró el Center for the Srebrenica-Potocari Memorial and Cemetery for the Victims.
    Desde entonces, cada 11 de julio son enterradas en Potočarilas víctimas identificadas. Este año son 136.
    El Tribunal de La Haya procesa actualmente a 14 responsables de los asesinatos.

    Hojas que caen, un brote que surge. Los ojos de Hôgen Yamahata.

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    Una palabra del universo, el mensaje de una sola gota de rocío,
    resbaló de la afilada punta de una desconocida hierba.

    La creación comienza aquí, apareciendo
    en forma de innumerables brotes de ser.

    Me encuentro ahora ante un hecho infinitamente antiguo,
    una gota de rocío cayendo entre la brisa sobre una piedra.

    Guiado hasta aquí, por este hecho sin voz,
    la fuente de todas las fuentes.

    ¡Ah! ¡Por esto ahora encuentro y vivo!
    Finalmente, experimento este último punto de encuentro de nuestros ojos cósmicos.

    Un relámpago, en este momento,
    despierta el nuevo amanecer de este brote.


    Hôgen Yamahata. "Hojas que caen, un brote que surge". 
    mtm editores, 2005.


    Charles Sorley, 13 de octubre de 1915

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    "When you see millions of the mouthless dead
    Across your dreams in pale battalions go ..."


                                                                                              A Charles Sorley.


    un disparo en la cabeza     matar la poesía     poeta de veinte años     ven    mejor
    aquí    que en la ciénaga de cloros

    un ladrillo cae desde un último piso    el espíritu de Dickens   a través del humo de 
    la chimenea

    vi una vez    al lado de un árbol y la noche    los ojos de un zorro mirándome 

    quizá fuera una banshee con piel de gata    ciénaga de la última lluvia   espíritu del humo     disparo en la cabeza     desaparezco desapareces     en el cloro

    aviso    no podremos vivir como hasta ahora    muertos sin boca    algo de Escocia     veinte años     un disparo solo     no disparos.

    ©Esther González


    Wilfred Owen, otro 4 de noviembre: "Todo lo que un poeta puede hacer hoy es alertarles".

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    Wilfred Owen con sus hermanos y su madre
    (de izquierda a derecha: Colin, Mary, Harold, Wilfred y Susan)

    En su último año de vida, el de su madurez en tantos sentidos, aquel en que frecuentó los círculos privilegiados de la poesía en lengua inglesa, como el Salón Dorado de Robert Ross, en el nº 40 de la Half Moon street, Londres, Wilfred Owen meditó sobre las palabras que debían servir de Prefacio a su primer libro de poemas, que no vio publicado.
    Y escribió:

    "This book is not about heroes. English poetry is not yet fit to speak of them.
    Nor is it about deeds, or lands, nor anything about glory, honour, might, majesty, dominion, or power, except War (...)
    My subject is War, and the pity of War.
    The Poetry is in the pity."

    "Este libro no trata de héroes. La poesía inglesa aún no está preparada para hablar de ellos.
    Tampoco trata de hazañas, territorios ni nada que tenga que ver con la gloria, el honor, el poder, la majestad, el dominio o la fuerza, sino con la guerra (...)
    Mi tema es la guerra y la pena de la guerra.
    La poesía está en la pena."
    Traducción de Gabriel Insausti. "Wilfred Owen. Poemas de guerra." (Acantilado, 2011).
    Roll of Honor de la revista The Sphere, marzo de 1919.
     La fotografía de Owen es la segunda de la primera columna a la derecha, contando desde abajo


    Era un hombre de 25 años, y un poeta que había construido su verdadera voz contemplando los más espantosos desvaríos y la locura del ser humano; por eso

    "(...) these elegies are to this generation in no sense consolatory. They may be to the next. All a poet can do today is warn. That is why the true Poets must be truthful."
    "(...) estas elegías de ninguna manera pueden ser un consuelo para la presente generación. Tal vez lo sean para la siguiente. Todo lo que un poeta puede hacer hoy es alertarles. Por eso los verdaderos poetas deben decir la verdad."


    El Owen Memorial en el Broad Walk, en Oswestry, 
    cerca de la iglesia de St. Oswald, donde se casaron sus padres


    “Trofeos de los Salvajes”

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    "Trophies of the Savages"

    Vi este cuadro de Emil Nolde el mismo viernes 13 de noviembre por la tarde, pocas horas antes de que llegaran, ya de noche, las primeras noticias sobre la matanza de París.

    Pensé que lo habría pintado en algún permiso durante la Gran Guerra (el cuadro es de esa fecha, 1914), o después de ella. 
    Pero no.

    Poco después de agosto de 1914, Emil Nolde (rondaba los 47 años) se encontraba en la isla de Alsen (actual Als, Dinamarca), pintando más de ochenta cuadros basados en un reciente viaje. De hecho, nunca combatió ni pisó un frente tal y como lo entendemos, con cañones, cráteres, cadáveres, trincheras y todo eso. Pero estuvo en otros,  igualmente horribles y perversos.

    Nolde y su mujer, Ada Vilstrup, viajaron desde Berlín hacia las islas del sur del Pacífico a finales de octubre de 1913. 
    Concluyeron un largo periplo de dos meses en Madang, Papúa. Lo ilustra magníficamente Higinio Polo, en su documentado artículo “Emil Nolde, entre el nazismo y la pintura”:
    “Era una expedición organizada por el Reichskolonialamt (la Oficina imperial para las colonias) y dirigida por los doctores Külz y Leber, que fue quien le ayudó a participar.

    "Freezing Russians", 1914

    “Llegaron en tren a Moscú, donde permanecieron entre el 4 y el 7 de octubre, en la atmósfera opresiva del zarismo. Atravesaron después Siberia y la Manchuria: pasaron por Omsk, Tomsk, Irkust, Harbin (ya en China), y llegaron a Seúl, en Corea, que en ese momento estaba ocupada y convertida en colonia por el Japón.

    Alcanzaron después Kioto, Tokio, Nagasaki. De nuevo en China, llegaron a Pekín (…), y pudieron admirar la ciudad prohibida y las tumbas Ming, para viajar después a Huangshi, y, en barco, llegar a Shanghai el 20 de noviembre de 1913, donde Nolde realiza una serie de acuarelas (…) Continuaron en barco hasta el río de la Perla, para visitar Hong-Kong y Cantón, y desembarcaron en Manila el 2 de diciembre. Después, visitaron las islas Carolinas, que eran colonias alemanas. Finalmente, llegaron a Madang, ya en Papúa, donde permanecieron desde el 10 de diciembre de 1913 hasta el 20 de mayo de 1914.”

    "Jupuallo", 1914


    "Ha ido trabajando a lo largo del vieje: a finales de ese 1913, Nolde remite a Alemania unas doscientas cincuenta acuarelas. Después va a otras islas: Manus, Kavieng, Rabaul, aunque la parte más relevante de su viaje es el periodo de enero a abril de 1914, cuando pinta las obras más notables de esa aventura (...) En la isla de Manus, visita a los que consideran indígenas hostiles y pinta acuarelas teniendo el revólver al alcance de la mano, igual que su mujer (...)"

    "Salvajes de Nueva Guinea", 1915


    En 1933, Nolde “saluda en una carta el “hermoso levantamiento del pueblo alemán”, el mismo mes en que los nazis cierran la Bauhaus de Berlín, decisión que no parece inquietarle (…) la Liga nacional-socialista de estudiantes propone a Nolde como presidente de las Escuelas de arte unidas. Nolde lo rechaza “para preservar su independencia”, pero se ve obligado a dejar la Academia prusiana de bellas artes. En ese momento, Goebbels era favorable al expresionismo (…) apuesta por autores como Nolde y Munch en la búsqueda de un arte racial que sea una de las expresiones culturales de la nueva Alemania nazi.”
    "Crepusculo", 1916 - wikigallery.org

    “La ambivalente actitud de los nazis hacia el arte moderno, que se debate en sus inicios entre la inclinación de una parte de la juventud nazi hacia el expresionismo, y el afán de satanizar la pintura moderna como fruto de la conjura bolchevique y de la influencia judía, termina cuando Hitler proclama su aversión hacia el arte moderno.

    “Después de la muerte de Hindenburg, en 1934, Goebbels impulsa el culto a Hitler. Una declaración de lealtad, publicada en elVölkischer Beobachter (El observador popular, órgano oficial del partido nazi, NSDAP) lleva las firmas de Furtwängler, Richard Strauss y Nolde, entre otros muchos intelectuales y artistas.”

    "A Long Time" 

    “En 1937, el tribunal de Hamburgo delibera sobre la adhesión de Nolde al NSDAP (…) afirmando que Nolde “no se adhirió” al partido nazi, una forma de situarlo en la marginalidad, pese a las evidentes muestras de adhesión al nazismo que el pintor había manifestado.”

    Ese mismo año, en Munich, se abre la primera exposición de Entartete Kunst [Arte Degenerado], que contará con más de dos millones de visitantes:
    “Nolde está representado en la muestra con cuarenta y ocho pinturas, junto a obras de Chagall, Grosz, Dix, Munch, Beckmann, Klee, Max Ernst, Kandinski, Marc, y sus viejos compañeros Kirchner, Schmidt-Rottluff y Pechstein, entre otros. Nolde ha pasado a ser un pintor degenerado, un exponente del arte que se opone a la pureza racial, que corrompe el ideal de la tradición donde debe mirarse Alemania. Así, más de mil obras de Nolde son retiradas de los museos alemanes.

    Pero, aunque “en ningún momento su vida estará en peligro”, la escalada continúa. En 1939, “obras de Nolde son destruidas”; en 1941, “le notifican la prohibición de pintar”. Pintará “más de mil acuarelas de pequeño formato, que llamará los cuadros no pintados.
    De la Colección"Cuadros no pintados" - Nolde Foundation Seebüll

    Emil Nolde sobrevivirá más de diez años al final de la Segunda guerra Mundial, y expondrá en la Biennalede Venecia y en la Documenta de Kasel.

    "Yellow Sea with Small Steamships", 1946


    En la misma exposición donde vi estos "Trofeos de los Salvajes" de Emil Nolde, está colgado en un lugar preferente, protegido por un cristal, "Retrato de Erna", de Ernst Ludwig Kirchner.
    La actitud de Nolde, "oportunista, acomodaticia, cómplice", le distanció de amigos como Kirchner y Heckel.
    Ernst Ludwig Kirchner. "Retrato de Erna" (esposa del pintor), 1917
    © Kirchner Museum Davos

    Al lado del “Retrato de Erna”, separado por unos pocos centímetros, un pequeño panel reproduce secuencias de la primera exposición de Arte Degenerado de Munich de 1937.
    Y este mismo retrato aparece en ellas, y produce emoción pensar que, finalmente, no fue destruido.
    Porque, como apunta  Suzana Mihailic en su análisis de otra pintura de Kirchner, Erna Schilling fue bailarina en un local nocturno, y conocía y pertenecía “al mundo de la noche, de la bohemia y de los marginados.”
    Sin duda, altamente peligrosa y Arte Degenerado.
    Siempre.


    “Emil Nolde, entre el nazismo y la pintura”, por Higinio Polo:
    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=90779
    "Cómo mirar un cuadro", por Suzana Mihailic:
    http://www.finanzas.com/xl-semanal/conocer/20120826/querer-hermanas-3395.html

    Los 3 años de un “Paseante”

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    Para nuestro blog amigo, "PASEANTE SILENCIOSO", en su tercer año de vida... ¡felicidades!


    ¡Tres años!
    ¿Os acordáis de cuando teníais tres años?
    No, claro que no.

    Charles Darwin  © English Heritage (izq.)
    Ludwig Wittgenstein

    El “Paseante Silencioso” lleva 3 años caminando entre las singularidades de nuestra cultura, nuestra historia y la biología que nos ha llevado hasta aquí, a encontrarnos en las redes sociales, en esta cosa que llamamos Internet.


    Federico García Lorca, en su primer cumpleaños (izq.)
    Virginia Woolf y su madre, Julia, en 1884 (centro)
    Bertrand Russell

    El “Paseante” vive en la ciencia objetiva, en los hechos de la historia, en las leyes de la biología. Y estas sendas se entrecruzan, fotografiando en cada entrada los momentos reales de la vida.

    Paseando.


    Wilfred Owen (izq.)
    Carmen Conde con sus padres, 1911 (centro)
    Doris Lessing con su madre, Emily

    Puede que haya que ir por la vida con un niño de 3 años (o cuatro, o cincuenta, o cien) cogido de la mano.

    Eve, Marie e Irene Curie (de izq. a derecha)

    El niño señala con el dedo.
    El “Paseante”, sin renunciar a la ingenuidad  pero honesto y curtido, ya sabe lo que ve.

    Gracias, “Paseante”. 



    En recuerdo de Margarita Moreno

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    Y la muerte no tendrá dominio.
    Los que hace tiempo yacen
    bajo los dédalos del mar no han de morir entre los vientos,
    retorcidos de angustia cuando los nervios cedan,
    atados a una rueda no serán destrozados;
    la fe, en sus manos, ha de partirse en dos,
    y habrán de traspasarles los males unicornes;
    rotos todos los cabos, ellos no estallarán.
    Y la muerte no tendrá dominio.

    Y la muerte no tendrá dominio.
    Y las gaviotas no gritarán en los oídos
    ni romperán las olas sonoras en las playas;
    donde alentó una flor, otra flor tal vez nunca
    levante su cabeza a los embates de la lluvia;
    y aunque ellos estén locos y totalmente muertos
    sus cabezas martillearán en las margaritas;
    irrumpirán al sol hasta que el sol sucumba,
    y la muerte no tendrá dominio.


    Dylan Thomas

    Versión de Elizabeth Azcona Cranwell
    Fuente: amediavoz.com, página creada por Graciela Henao Londoño


    Wilfred, Wilfred.

    La pasión de Marga Gil Röesset.

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    Nada sabía de Marga Gil Röesset. 
    De las ocho mujeres que aparecen en el documental "Las Sinsombrero", todas me eran conocidas, empezando por la divertida y artística Maruja Mallo

    Imagen tras imagen, me impactó la belleza, originalidad, minuciosidad y maestría de sus dibujos, y me parecía imposible no haber oído nada acerca de ella; que no fuese un nombre, una mujer, una artista muy reconocida en nuestro país.


    El prodigioso talento sobresalía por encima de las notas de su propia vida; Ana Serrano, familiar y comisaria de la exposición de la obra de Marga en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (2000), escribe, acertadamente, que no podía quedarse en “un capítulo” de la vida de otros, sino en darla a conocer “con el mejor de los argumentos, con su obra, va a convencer ella misma.”

    En el prólogo del catálogo de esa exposición, impresiona su delicado y emocionado relato, su profundo compromiso con el legado artístico y la persona de Marga; los concienzudos y extremadamente bien dirigidos pasos con ese fin, “sin herir a nadie”.

    En “Artistas y precursoras. Un siglo de autoras Roësset”, Nuria Capdevila-Argüelles recorre prácticamente lo que sería una saga de “mujeres Roëset”, al menos de cuatro de ellas: María Röesset Mosquera (MaRo), tía de Marga, cuyo autorretrato cuelga en el Museo del Prado; Marisa Röesset Velasco, prima, también pintora (a la que espero poder dedicar una entrada); la propia Marga Gil Roëset; y Consuelo Gil Röesset, su hermana, a quien Ana Serrano recuerda como “escritora de cuentos, catedrática de inglés (…), editora de “Antoñita la Fantástica”, que tocaba el violín y hablaba múltiples idiomas”, que murió “a los 90 años, lúcida, hermosa."
    “Las dos hermanas hablaban cuatro idiomas”, y su madre, “a Consuelo le pedía poemas y a Marga dibujos a cambio de la merienda, de un premio.”

     "El niño de oro" (1921). Ilustración de Marga Gil Röesset.


    En 1921, con doce años, Marga ilustra “El niño de oro” y, en 1923, “Rose des Bois”, ambos escritos por su hermana Consuelo; el último,“editado por Plon, una de las más importantes editoriales de Francia" (Ana Serrano).

    “Rose des Bois” (1923). Ilustración de Marga Gil Röesset.

    Nuria Capdevila-Argüelles nos señala su precoz y deslumbrante itinerario: “El aire demacrado y siniestro acompaña a las ilustraciones de Rose des bois aunque hay una clara evolución artística entre los dos libros (…) Todos los dibujos, 11 a toda página y 27 a menor escala, están hechos con tinta china y siguen el orientalismo de moda “.

     "El niño de oro" (1921). Ilustración de Marga Gil Röesset.

    Marga, por supuesto, cambia, crece, evoluciona:  “En poco más de diez años, menos de la mitad de su corta vida, Marga Gil pasa del papel, la acuarela y la tinta a la escayola y el granito y también del modernismo a la vanguardia.” 

     "El niño de oro" (1921). Ilustración de Marga Gil Röesset.

    Con 22 años, Marga presenta su escultura “Adán y Eva” en la Exposición Nacional de Bellas Artes:
    “Marga aparece como escultora y artista independiente por primera vez vez en 1930. Su trabajo causa furor (...) En la misma entrevista en la que se define como precursora ("trabaja sin recibir influencias de nadie"), declara no creer “en el amor simultáneo de dos corazones”. Afirma que puede enamorarse pero le parece difícil coincidir con una persona que le corresponda y complete el amor. Le parece que “en esto hay siempre un sacrificado” que acepta la ofrenda de amor del otro. “Ella no espera hallarlo”.
    Se trata de una entrevista con Rosa Arciniega de Granda, publicada en el semanario "Crónica" en junio de 1930: “Marga declara que su trabajo refleja ideas y no personas y explica que intenta siempre esculpir “de dentro afuera”, para concluir que sus figuras “llevan el esfuerzo de querer manifestar su interior.”


    Su obra se ve “como la de una persona ya formada, de una artista consagrada… sorprende porque no se espera que una mujer tan joven pueda hacer lo que hace ella…[la crítica] en cierto modo, la virilizan… su talento es un talento masculino (…) expresar , de manera tan profunda, el dolor, el desamparo."

    "Adán y Eva" (1930). Marga Gil Röesset.

    A comienzos de 1932, Marga conoce a Zenobia Camprubí y a su marido, Juan Ramón Jiménez. Ella y Consuelo la admiraban desde pequeñas, por sus traducciones de R. Tagore.

    No puede centrarse la revisión y conocimiento de una figura como Marga Gil Röesset en sus sentimientos por Juan Ramón Jiménez. 
    Marga se enamoró, o creyó estarlo, o se obsesionó con el autor.

    Existen páginas escritas con escaso rigor y fortuna sobre este asunto que no se detienen en considerar la creatividad y genialidad de una obra excepcional, y prefieren centrarse en un episodio de desenlace desgraciado, aunque fuese de transcendencia para Marga y definiese, fatalmente, el final de su vida:
    "Lo que un talento así puede marcar y desequilibrar a una criatura de 24 años…”, anota Ana Serrano, a lo largo de su prólogo.

    "La mujer del ahorcado" (1932) "muestra una mujer desnuda, arrodillada, con los brazos alzados y doblados hacia atrás (...) como si estuviesen sosteniendo las piernas de un hombre ahorcado e impidiéndole morir, asiéndole a la vida." Nuria Capdevila-Argüelles.


    La mañana de su muerte, se acercó al domicilio de los Jiménez-Camprubí y conversó brevemente con el poeta, dejándole un manuscrito de sesenta y cinco páginas. El propio Juan Ramón Jiménez escribiría, tiempo después: "me dijo: "No lo leas ahora".

    Marga destruyó prácticamente la totalidad de sus obras, incluidas fotografías de las mismas, y se suicidó disparándose en la cabeza.


    En 1933, Consuelo Gil Röesset publicó "Canciones de niños" (en francés y español), con ilustraciones de Marga y música de su marido, José María Franco.

    "El perro de terciopelo" (1932).
     Ilustración de Marga Gil Röesset para "Canciones de niños".

    "Las cerezas" (1932). 
    Ilustración de Marga Gil Röesset para "Canciones de niños".
    En la esquina inferior izquierda se aprecia la firma de Marga.


    No os sorprendáis: sí, os recuerdan a "El Principito", de Antoine de Saint-Exúpery, publicado... en 1946.
    En opinión de Ana Serrano: “¿Conoció Saint-Exupéry las ilustraciones de Marga? Es más que probable que sí.”



    Las sesenta y cinco páginas que Marga entregó a Juan Ramón Jiménez no se conocieron hasta 1997, momento en el que Blanca Berasátegui publicó, en el ABC Cultural, facsímiles de algunas de ellas, en un reportaje titulado "Historia de Marga": 
    "Están escritas a mano, con letra grande, a lápiz, algunas indescifrables, llenas de puntos suspensivos, de frases inacabadas."

    Graciela Palau de Nemes, traductora de los manuscritos en inglés de Zenobia, conocía su existencia:
     "Se le puede llamar "Diario" porque se dan algunas fechas, pero incompletas: "Miércoles 22", "lunes noche" (...) Se ve que está escrito hacia el final, cuando Marga decide quitarse la vida (...) Los primeros textos son cortos, los últimos, largos (...) también representan la imaginación de Marga, cómo quisiera que fueran las relaciones entre los dos."
    Fotografía: Luis GarcíCC BY-SA 3.0 es

    Este "Diario" de Marga tiene su propio periplo, pues al exiliarse Zenobia y Juan Ramón en 1936, su casa en la calle Padilla fue saqueada, desapareciendo el "Diario" y manuscritos de ambos escritores. Blanca Berasátegui deja constancia de que José María Pemán"intervino activamente para que se le restituyeran las cosas al poeta". 
    Ninguno de los dos volvería a España, pero el "Diario" llegó a manos de los herederos de Juan Ramón Jiménez.

    En el documental de "Las Sinsombrero" (Tània Balló, Manuel Jiménez Núñez y Serrana Torres), Nuria Capdevilla-Argüelles cree que "no es posible saber, a ciencia cierta, por qué una persona decide quitarse la vida (...) hay un componente común en esos escritos finales, y es que reflexiona sobre un ideal de autoría, un ideal de vida artística, que piensa que no va a poder cumplir. Y al no poder cumplirse, decide acabar con su vida.”

    Y en su libro, respecto a las páginas conocidas como "Diario": 
    "Marga da forma escrita a sus pensamientos sobre la relación entre vida y obra del artista (...) se lamenta de estar "[...] tan poco de acuerdo conmigo misma" y añade que "[...] la crítica de yo a yo es realmente sangrienta".



    Cuando supe que Ana Serrano había titulado su introducción al Catálogo "La pasión de Marga Gil Röeset 1908-1932” (por la película “La pasión de Camille Claudel"), quise cambiar el título de esta entrada; pero, al final, no pude.

    Porque después de leer el libro de Nuria Capdevila-Argüelles, numerosos artículos, y antes de encontrar  la página de la propia Ana Serrano (lo último que leí sobre Marga), “Pasión” era la palabra elegida,"Pasión" es la palabra. 
    Es la que mejor describe (fuego, fiebre) ese yo creativo, esa fuerza de "escogida" que la hacía crear, dibujar y esculpir “de dentro afuera” como la deslumbrante artista  que es ya para siempre; y la mujer joven, extraordinaria, que fue.



    Página de Ana Serrano sobre Marga Gil Röesset:
    http://perso.wanadoo.es/margaroesset/

    Ana Serrano habla sobre Marga Gil Röesset:

    Documental “Las Sinsombrero  (Las mujeres de la Generación del 27)”
    Publicación de Algun día en alguna parte:
    https://www.youtube.com/watch?v=3HCfe__C7E0
    Corte dedicado a Marga Gil Röesset: a partir minuto 12:40

    Página de RTVE (incluye documental "Las Sinsombrero" y otros contenidos):
    http://www.rtve.es/lassinsombrero/es

    http://www.lassinsombrero.com/
    "una producción única en España, un proyecto crossmedia, que utiliza diferentes formatos y plataformas (televisión, internet y publicación), con el objetivo de recuperar, divulgar y perpetuar el legado de las mujeres olvidadas de la primera mitad del siglo XX en España."

    Entrevista de Sofía Pérez Mendoza a Tània Balló:                  
    http://www.eldiario.es/cultura/feminismo/Sinsombrero-artistas-olvidadas-generacion_0_488551823.html
    "Uno de los objetivos del proyecto transmedia (…) es la entrada de Las Sinsombrero en las aulas. “Es la parte más ambiciosa, la más difícil” (…) Ya es hora de dejar de utilizar el falaz argumento de la calidad para explicar la menor presencia de las artistas en la cúpula”.


    Tània Balló ha publicado recientemente el libro "Las Sinsombrero. Sin ellas la historia no está completa" (Espasa).

    Poeta de guardia XXXIV. Amparo Arróspide.

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    FRAGMENTOS FELICES

    En los burdeles del desahogo bailarines con pantalones glastnov ensayan reconciliación y malevaje, pero las nubes bajas no se enteran. No amanecerá un instante de algarabía. Ritmos van y vienen, entregándose a un público de llamas. Ah de los rojos y negros, del licor dulcísimo y la arenga papal. Al palo borracho, ceiba speciosa, le queden los escrúpulos, el fulgor de una balanza donde pesar ética o invoución o eurovisión. Aún así, por qué desprenderse de los satélites sin haber aprendido a incendiar circuitos cortos. Ni de largo la presentación en sociedad de una turba de cortinas entintadas en sangre.


    Cabeza vendada, voy siguiendo un rastro de hombres amamantando leopardos por el carril derecho, pero la canica, el ojo engarzado en la frente, un centellear. El sombrero se vuela la nuca y nadie sueña con lavar los pies al público, besar sus llagas.

    *
    Voy por el monte con los pies por delante y no me obligan a apretar el paso. Es de hormigas el discurrir, un cardo en el acabóse de las playeras, y si bien se mira  no hay sitio ni para el espacio. Sin el tiempo  o contra él, un reloj se para a contemplar el horizonte. ¡Trabaja sol! Trabaja sombra, quítales respiro. Trabaja sombra, desnúdales colores, despojando no se llenan los bajeles del tesoro.  Cuando vengan a buscarnos hallarán huellas de meticulosidad, carcomas ciegas en los desvanes del arroyo, cartapacios de pinos atados con cordeles de música. 


    Aquí entonaríamos una victoria hueca, soplando hasta el asfalto mientras los diales de treinta lavadoras automáticas hacen un buche de colibrí. Si tuvieran lo que hay que tener pero no llegan. Y qué más da el sino, el paripé.

    *
    Cuando anochece, las tejas se quitan el aliento del musgo, se remueven los goznes del monte bajo, una cabra levita en la acepción más burda. No hay perdón para el manso ni orquesta en la crinolina. Señoritos del desdén se hacen cruces y pérgolas pero en las cunas madres venidas de quién sabe dónde han puesto maracas con semillas de gomero. En los arzobispados del tejemaneje se pegan sobres hasta la aurora dorada, sin cuidarse del festín de los murciélagos  siguen regando los festones del folclor.

    Ay de la sentencia atrabiliaria, ay de la obrera en el panal! Cayeron en la última red de estadistas junto con las bolsas de mendrugos. Cayeron y caerán las ansias por recorrer los surcos de las meninges sin dejarle ni una miga al hipocampo.  Y por tal sinrazón llegan a recobrar la memoria los más niños, con gran alegría prófugos.
    © Amparo Arróspide.




    Amparo Arróspide publicará en breve En el oído del viento (Baile del Sol) y Jacuzzi (Amargord). 

    Practica el collage, el cruce de géneros y la mixtura de estilos, y acude a talleres de poesía en Madrid. 


    Cree que la cultura puede ser una forma de religión, pero no que la incultura sea una forma de democracia.

    Las aves del amor y Jean Genet

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    Al borde de mi gorra una ramita de avellano
    Cruzada de través me cosquillea la oreja.
    En tu cuello yo escucho un ave balbuceante,
    Y en el sendero, erguidos, dormitan mis caballos.

    Absorto acariciando la espalda de la mar
    (Se moja mi sandalia de mal cosida ala)
    Siento mi mano plena bajo tu ardor musgoso
    Llenarse de rebaños en el aire invisibles.

    Pacerán mis corderos de tu flanco a tu cuello,
    ramoneando una hierba fina y del sol quemada,
    Se comban en tu voz las flores de la acacia
    El néctar de sus ecos va la abeja a robar.

    Mas el pabellón verde de nómadas del mar
    Velar debe en un sitio, prenderse de los polos.
    Agitar el azul y la noche, empolvar tus espaldas,
    En tus pies arenosos abrir corrientes de aire.

    Para auparme desnudo por zarcas escaleras
    Solemnes y abismado en esa ola de sueños
    Harto de naufragar a un palmo de mis labios
    Se durmió el horizonte en tus brazos cruzados.


    De "Un canto de amor". A Lucien Sinémaud.
    "Jean Genet. Poemas". Versión y prólogo de Antonio Martínez Sarrión
    Visor, Madrid, 1996.





    Con William Burroughs y Allen Ginsberg. 
    Manifestación de apoyo a los "Panteras Negras". Chicago, 1968.



    Tumba de Jean Genet en el Cementerio Español, Larache, Marruecos.
    © Didier Morin



    Artículo de Jose Angel González en +20minutos.es con motivo de la exposición sobre el poeta del MUCEM de Marsella:
    http://www.20minutos.es/noticia/2725025/0/jean-genet/30-aniversario-muerte/exposicion/


    Imagen: http://www.rugusavay.com/jean-genet-quotes/


    Los bosques de la herrumbre de Aled Rhys Hugues

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    © Aled Rhys Hugues. 
    Pequeñas banderas de Gales como homenaje a los soldados muertos y heridos.

    En los bosques de Aled Rhys Hugues, los proyectiles sobresalen de la tierra, desafían el abrazo centenario de las raíces de los árboles, los restos de los soldados de la Gran Guerra hace tiempo que calcifican el subsuelo; los campesinos aran con precaución los campos conocedores de lo que no ha destruido el tiempo. 
    © Aled Rhys Hugues. 


    Ahí siguen las sinuosidades de las trincheras, las formas onduladas de los búnkeres; se conservan en bosques como el de Mametz, en el norte de Francia.
     © Aled Rhys Hugues. 

    Soldados alemanes muertos en un bunker destruido en las cercanías de Guillemont (septiembre 1916). Colecciones del Imperial War Museum.


    En su artículo de 7 de julio, Lucy Ballinger nos trasladaba a un lugar muy concreto del tiempo y el espacio: Julio de 1916, Somme, Francia. 

    La Batalla del Somme es una de las más caóticas, largas (duró varios meses) y sangrientas de la Gran Guerra. En su inicio se consideraba una ofensiva estratégica y necesaria. 
    El 1 de julio de 1916, primer día de la Batalla del Somme, murieron más de 19.000 soldados, y fueron heridos o desaparecieron  casi 38.000.
    Los datos de los soldados alemanes son imprecisos, pues al parecer realizaban recuentos cada diez días; se estiman alrededor de los 6.000 muertos en la línea de avance de los británicos.
    Una semana antes, la artillería británica había disparado alrededor de millón y medio de proyectiles, y excavado galerías por debajo de las líneas alemanas, rellenándolas con explosivos.

    Voladura de la primera galería, 1 de julio de 1916
    Colecciones del Imperial War Museum

    Para cuando se concluyeron los distintos episodios de esta Batalla (noviembre), el avance británico había sido contenido, adentrándose únicamente alrededor de 8 kilómetros. Las cifras de soldados de todos los ejércitos, escalofriantes.
    © Aled Rhys Hugues. 
    Proyectiles con carga y detonadores semienterrados entre las raíces de los árboles, y restos de botas del Ejército en la parte superior.

    Ruinas de la población de Pozieres, agosto 1916.

    Lucy Ballinger centra su escritura en los soldados galeses que combatieron en el Somme, concretamente en Mametz Wood. Murieron o fueron heridos 3.993 hombres.
    Durante cinco días intentaron sacar del bosque a los alemanes, fuertemente atrincherados en él. Los galeses entraron en ese combate sin haber pegado un solo tiro, ni casi durante la instrucción; enfrente les esperaban soldados profesionales.


    Aled Rhys Hugues ha visitado Mametz Wood todos los veranos durante cinco años desde 2009. 
    Se ha encontrado con diferentes tipos de munición, granadas y detonadores. 

    Fotógrafo profesional, es profesor de fotografía en el Bridgend College,  Gales. Durante los últimos treinta años ha realizado exposiciones individuales y colectivas en la Biblioteca Nacional de Gales, la Mission Galery de Swansea y en Kuala Lumpur, entre otros lugares.

    Quiso captar  con una "more traditional, old camera" (entiendo que no digital) la particular atmósfera de las 80 hectáreas de bosque que recorrió: Estaba allí, y aunque yo estaba en Francia, sentía como que estaba en Gales, había una conexión.
    ["I was there and although I was in France I felt like I was in Wales, there was a connection."]

    En estas fechas, especialmente en los últimos días, todo se mueve. 
    La incertidumbre económica y política, y la violencia más totalitaria nos amenaza, y no sólo a nuestra concepción del mundo, ni a la Europa en que vivimos. Vease Bagdad y Kabul, casi a diario.

    Desde estas fotografías, los árboles de Mametz Wood nos recuerdan lo peor de nuestra naturaleza, como preguntándonos qué hemos aprendido en los últimos cien años; y si vamos a aprender, juntos.




    Artículo de Lucy Ballinguer, BBC News, Gales:

    Página de Aled Rhys Hugues:

    "Mametz Wood". Christopher Williams, 1918.

    Erich Maria Remarque: "Tres camaradas" (I)

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    "El cielo era amarillo, como de latón; no lo ennegrecían aún las humaredas de las fábricas tras cuyos tejados brillaba con gran luminosidad. Pronto saldría el sol Miré la hora. No eran aún las ocho. Había llegado con quince minutos de anticipación."

    Es el cumpleaños de Robert Lohkamp; 30 años, concretamente.

    Hace doce, pues, que concluyó la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra; estamos en 1930, y Robert trabaja en un taller de coches con otros dos amigos, camaradas de las trincheras: Gottfried Lenz y Otto Koester.

    Robert echa la vista atrás, y en una cuartilla, repasa sus pasados cumpleaños, sus otros cumpleaños desde que cumpliera los dieciocho y fuese llamado a filas:

    “La verdadera vida no se inició hasta 1916 (…) yo era un recluta de dieciocho años, enteco y larguirucho; hacía instrucción a las órdenes de un mostachudo oficial en los eriales detrás del cuartel (…) Una de aquellas tardes se presentó mi madre en el cuartel para visitarme; pero hubo de esperar una hora larga. Yo no había preparado mi mochila como disponía el reglamento y, por tanto, se me había castigado a limpiar las letrinas durante el paseo. Ella quiso ayudarme pero no me lo permitieron (…) lloró amargamente, y yo sentí tanto cansancio que me quedé dormido a su lado."
    Erich Maria Remarque, con uniforme del Ejército alemán,
    con su perro Wolf (1918 ó 1919)
    Imagen: http://www.nyu.edu/ (New York University)


    "1917: Flandes. Middendorf y yo habíamos comprado una botella de tinto en la cantina. Queríamos celebrarlo. Sin embargo, no nos dio tiempo. Hacia el alba, los ingleses desencadenaron un intenso cañoneo. Al mediodía, Koester cayó herido; Meyer y Deters murieron por la tarde. Hacia el anochecer, cuando creímos tener ya la suficiente tranquilidad como para descorchar la botella, llegó el gas y se filtró entre los refugios subterráneos. Tuvimos el tiempo justo para ponernos las máscaras, pero la de Middendorf estaba averiada (…) Murió a la mañana siguiente: tenía el rostro verdinegro y la garganta lacerada, pues había intentado abrírsela con las uñas para airar aire.

    1918: estancia en el hospital de sangre (…) Vendas de papel. Heridas atroces (…) Junto a mí yacía Josef Stoll. Le faltaba una pierna, pero él no lo sabía aún. (…) sentía mucho dolor en un pie inexistente. Por la noche expiraron dos heridos en nuestra sala. Uno lo hizo con extremada lentitud y laboriosidad."



    Berlín, enero 1919
    Imagen: www.ww1-propaganda-cards.com

    "1919: vuelta a casa. Revolución. Hambre. Afuera, el incesante tableteo de las ametralladoras. Soldados contra soldados. Camaradas contra camaradas. 1920: insurrección. Fusilamiento de Karl Broeger. Arresto de Koester y Lenz. Mi madre, hospitalizada. Ultima fase del cáncer."




    Diario de 28 de julio de 1923:
    Un dólar estadounidense equivalía a un millón de marcos alemanes

    "1921…
    Me detuve a reflexionar. No saqué nada en limpio. Sencillamente, aquel año se había esfumado de mi memoria. Fui ferroviario en Turingia durante 1922 y jefe de publicidad en una fábrica de caucho durante 1923. Esto último coincidió con la inflación. Allí gané mensualmente doscientos billones de marcos. Entonces cobrábamos dos veces cada día, y a renglón seguido se nos concedía media hora de permiso para que corriéramos hacia las tiendas y compráramos todo lo posible antes de que pareciese la nueva cotización del dólar, porque si nos retrasábamos unos minutos, nuestro dinero valdría sólo la mitad.”

    Billete de 100 billones de marcos alemanes, 1924
    Fuente: Reichsbank



    No es ésta una novela cuartelaria. 
    Apenas se mencionan sucesos de la Gran Guerra, y los transcritos son los más significativos.

    Es una novela sin fisuras, bien construida, ágil; y también una descripción fiable de la sociedad de esos años, sin adornos.

    Es, desde luego, una novela sobre la amistad; sobre el respeto, el apoyo, la solidaridad.
    Sorprende por la madurez de sus personajes, sus conversaciones; bastante distantes, a pesar de las circunstancias terribles que les rodean, de egocentrismos, distracciones y conductas evasivas a las que nos estamos acostumbrando ahora, en nuestra propia época.

    Los personajes de "Tres camaradas" buscan vivir, aunque sea sobreviviendo; buscan momentos reales, echar el resto para vivir, para poder decir que se está viviendo.

    Y es también una novela sobre el amor. El amor que empieza desde la confusión, esa confusión que desconcierta con el primer encuentro, que altera el día a día, que trastoca nuestro discurso interior.


    “Se oyó chirriar el portón. Me apresuré a romper la cuartilla que encuadraba aquellas fechas memorables de mi vida y arrojé los fragmentos a la papelera. La puerta se abrió de golpe. En su marco apareció Gottfried Lenz…, enjuto, larguirucho, con melena de color pajizo y una nariz que parecía haber sido destinada a un hombre completamente distinto.
    -¡Robby! –rugió-. ¡Viejo truhán! ¡Incorpórate y despabílate! ¡Tus superiores quieren hablar contigo!
    -¡Dios todopoderoso! –exclamé levantándome- ¡Tuve la esperanza de que no os acordaseis! ¡Tened misericordia, bergantes!
    (…) Koester llegó pisándole los talones. Lenz se irguió ante mí y preguntó:
    -Dime, Robby, ¿quién ha sido la primera persona a la que encontraste esta mañana?
    Tras breve cavilación, repuse:
    -Una mujer vieja y danzante.
    -¡San Moisés! ¡Es un pésimo presagio! Pero escucha tu horóscopo. Lo compuse ayer mismo. Eres un nativo de Sagitario, un individuo poco fiable, una paja al viento con sospechosos trígonos en Saturno y un Júpiter sumamente deteriorado este año. Puesto que Otto [Koester] y yo representamos el papel de tus padres, te entrego primeramente algo a modo de protección. ¡Toma este amuleto! Antaño me lo traspasó una descendiente de los incas (…)”




    Remarque, Erich Maria. “Tres camaradas”. 
    Plaza & Janés, S.A., Editores. Noviembre 1978, 2ª edición.
    Título original:“Drei Kameraden”, 1936.
    Traducción de Manuel Vázquez.

    "Tres camaradas" (2). La ciudad y las flores.

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    Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm, en memoria del Emperador Guillermo
    Berlin, c. 1927

    “Paseamos por las calles Se estaba enturbiando la atmósfera. Una tenue niebla se tendía lentamente sobre la ciudad, una niebla entre verdosa y plateada. Le cogí la mano a Pat y la metí en el bolsillo de mi abrigo (…)
    Los abejorros salieron ebrios de los tilos y se acercaron dando tumbos a las farolas para girar en torno suyo y chocar pesadamente contra sus húmedos cristales. La niebla lo transformó todo, le dio realce y lo desdibujó a un tiempo; el hotel frente a nosotros navegó ya cual un trasatlántico con cabinas iluminadas, por la negra superficie del asfalto; la silueta grisácea de la iglesia, tras él, fue un velero espectral cuyos interminables mástiles se perdieron en la claridad gris rojiza, y entonces comenzaron también a sobrenadar y deslizarse las flotillas de casas...”


    No se cita en la novela de Erich Maria Remarque a Berlin, que la ciudad de fondo donde tratan de vivir, sobrevivir, sea Berlin.
    En todo caso, esta ciudad de los "Tres camaradas" es vital, embriagadora, despierta, sensorial; engalanada con muchos espacios naturales:
    “Seguimos caminando (…) por los jardines municipales.
    -Aquí deben estar en alguna parte las Daphne indica –dijo Pat
    -Sí, el olor llega desde lejos por encima del césped. Es muy perceptible. ¿Verdad?"

    “Terminada la velada, vagamos todavía largo tiempo por la ciudad nocturna. Las calles estaban iluminadas y desiertas. Los anuncios cinematográficos resplandecían En los escaparates brillaba la luz sin finalidad alguna. En uno había varios maniquíes de cera completamente desnudos y con caras pintadas. Tenían un aspecto fantasmal y perverso. Al lado centelleaban las joyas. 
    Luego seguían unos almacenes iluminados por reflectores de luz blanca como si fueran una catedral (…)

    Ante un cine se acurrucaban figuras macilentas y famélicas. Junto a ellas refulgía la exposición de un lujoso establecimiento de comestibles."
    Berlin, 1931. El Ejército alemán repartiendo comida. Bundesarchiv.

    “Fui al taller, saqué el taxi y paseé lentamente por las calles. Había poco tránsito. 
    En los barrios obreros, las interminables hileras de casas baratas, de vecindad, se alzaban desnudas y sórdidas como deplorables prostitutas viejas en la lluvia. 
    Sus fachadas estaban desconchadas y churretosas, las turbias ventanas miraban sin alegría al amanecer, y el revoque descascarillado de las paredes mostraba, en muchos lugares, profundos agujeros grisáceos, como si lo estuvieran devorando las úlceras.” 


    “La somnolencia de los clubes nocturnos restregó con manos entre grisáceas y amarillentas las paredes y los rostros. 
    La música pareció sonar bajo un catafalco de cristal. El calvo bebió café. La mujer con manos de saurio miró fijamente al vacío. 
    Breuer compró rosas a una exhausta vendedora de flores; las repartió entre Pat y las otras dos mujeres. En los capullos medio abiertos había gotas de agua pequeñas y claras como perlas.”



    "Atravesamos el pequeño postigo, para desembocar inmediatamente en el claustro [de la Catedral] (…) En el centro se alzaba una gran cruz, corroída por los elementos, con la figura de Cristo (…) 
    El jardín estaba en estado silvestre y florecía por todas partes.
    -Todo esto está muy bien, Gottfried. Pero, ¿qué ocurrirá si me atrapan? (…) las gentes piadosas califican sin rodeos una cosa así como profanación de lugares sagrados.
    -Querido jovenzuelo –dijo Lenz-. ¿Acaso ves a alguien por los contornos? Desde la guerra, los seres humanos acuden más a los mítines políticos, que a la iglesia (…) La suerte te acompaña. Es una especie de larga florescencia y flores muy resistentes. Con ella podrás aprovisionarte por los menos hasta septiembre. Y a partir de entonces encontrarás aquí mismo abundantes aster y crisantemos (…) 

    Los enjambres de abejas revoloteaban entre las corolas (...)
    -Éstas proceden, con toda seguridad, de una granja. Conocen bien su camino (…)
    -Y nosotros no, ¿eh? –dije alzando los hombros-. O quizá lo conozcamos también… Por lo menos, un pequeño trecho. En la medida de nuestras posibilidades. ¿Tú no?
    -No. Ni deseo conocerlo. Las metas significan el aburguesamiento de nuestra vida.” 

    “Oímos que Ferdinand nos llamaba (…)
    -Pasad, chicos –dijo-. De noche, las gentes como nosotros no pueden encontrar nada en la Naturaleza. Ella quiere estar sola de noche. Si fuéramos campesinos o pescadores sería diferente; pero nosotros, habitantes de ciudades populosas con nuestros cercenados instintos, no tenemos nada que hacer. (…) ¡La noche (…) es una defensa de la Naturaleza contra la civilización contaminadora! 
    Y cuando un hombre es razonable (…) percibe al instante que no se le quiere en el silencioso círculo de árboles, animales, estrellas y vida irracional”

    Leo Lesser Ury. "Hochbahnhof Bülowstraße", 1922.


    “Los faros exploraron como podencos ante nosotros, y localizaron en la oscuridad un bosque de temblorosos abedules, una alameda, postes telegráficos abalanzándose momentáneamente hacia nosotros, casas agazapadas, el silencioso desfile de los linderos forestales. 
    Sobre nuestras cabezas se cernía, monstruoso, escoltado por millares de estrellas, el fosforescente velo de la Vía Láctea.”



    Hay poca violencia en la novela, si dejamos a un lado la desgracia y la miseria.
    La ciudad es ruda, sí, pero es una rudeza individual de puños, no de pistolas; las armas de fuego están en manos de los distintos grupos ideológicos, paramilitares, policía…
    Robby relata algunas escaramuzas que se zanjan a puñetazos, rozando la fanfarronería; a veces una injusticia, otras una afrenta que acaba en amistad y respeto, o en un sangriento desahogo.
    Pero no es el eje fundamental de la novela, siempre sorprendiéndonos con la nobleza de los personajes, el alto sentido de la amistad y de la solidaridad. 
    Prácticamente no se juzgan, no juzgan, hay una ingenuidad cierta de fondo;  la descripción de la ciudad de entre guerras con sus potentes luces y trágicas sombras es suave, apenas un visillo de tela muy fina y transparente.


    Quema de libros en la Opernplatz (actual Bebelplatz), Berlin, 1933.
    Fotografía: Georg Pahl. Bundesarchiv.

    Será hacia el final cuando aparezcan una pistola, dos disparos. 
    Vendrán con otros jóvenes  –casi adolescentes-  en grupo,  con “polainas nuevas de un color amarillo claro (…), botas altas de corte militar”.


    Remarque, Erich Maria. “Tres camaradas”. 
    Plaza & Janés, S.A., Editores. Noviembre 1978, 2ª edición.
    Título original:“Drei Kameraden”, 1936.
    Traducción de Manuel Vázquez.

    Vilnius, llama de creatividad y empuje

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     Jurgis Tarabinda: "Think".
    Imagen: kaminoge.blogspot.com.es


    Lo primero que llama la atención de la capital de Lituania son sus muestras de creatividad, patentes a través de los numerosos y originales graffiti,  y su finísimo sentido del humor.


    Otavio y Gustavo Pandolfo, Os Gemeos - Street Art Festival Lithuania 2015
    Imagen: widewalls.ch



    Fotografías: Esther González.

    Cuando se erigió este monumento a Gediminas, en la Plaza de la Catedral, se conjeturó acerca de su representación:
    -El duque anda sonámbulo
    -El duque se ha quedado ciego
    -Es un samurai.

    Los jóvenes se sentaban en la base del monumento; en poco tiempo, se corrió la voz de que parte del material provenía de Ucrania, y era radioactivo. Un periódico aventuró que si los chicos seguían sentándose a los pies del duque, acabarían teniendo problemas de fertilidad.
    Finalmente, un estudio concluyó que, efectivamente, parte del material emitía una mínima radioactividad; pero que para que afectase a un ser humano tendría que estar sentado en ese lugar más de 40 años seguidos…

    Fotografía: Esther González.

    Un sueño en los bosques del valle de Šventaragis, en las cercanías de los ríos Vilnia y Neris, fue el origen de Vilnius: el sueño de un duque, Gediminas, con un “lobo de hierro” que aullaba como cien lobos, como manadas.
    Significaba la construcción de un castillo y una ciudad: los aullidos la auguraban invencible y legendaria.

    Antanas Dubra Street Art Festival Lithuania 2015
    Imagen: widewalls.ch

    El relato es hermoso y original. Las transcripciones que se conservan de las cartas en latín (fechadas entre 1323 y 1324), dirigidas al Papa Juan XXII y a diversas ciudades alemanas del entonces Sacro Imperio Romano, revelan una realidad menos idílica.

    Lituania fue la última región de Europa en ser cristianizada, muy tarde, a finales del siglo XIV. Gediminas mantenía cultos paganos, amparándose en la brutalidad de los cristianos Caballeros Teutones (orden militar creada en Acre, alrededor del año 1190), para retrasar su propia conversión y obediencia al Papa.
    Le parecía que hombres que cometían todo tipo de crímenes y abusos en su país, incluida la destrucción de iglesias y ruptura de los tratados de paz, no se comportaban de manera coherente con el credo cristiano.

      
    Mindaugas Bonanu: "make everything great again". 
    Imagen: The Baltic Times



    Tras la caída del Reino de Jerusalén, la Orden se había trasladado a Venecia. Muchos caballeros de la Orden, procedentes de países del oeste de Europa, como Inglaterra y Francia, se congregaron en  Prusia para participar en campañas contra el Gran Ducado de Lituania.

    Ernest Zacharevic

    En su carta de 25 de enero de 1323 a las ciudades de Lübeck, Sund, Bremen, Magdeburgo, Colonia y otras, Gediminas califica su Ducado como tolerante con los cristianos y otras confesiones, independientemente de la pervivencia de creencias paganas; invitando a caballeros, mercaderes, médicos, herreros, escuderos, artesanos, zapateros, molineros… a vivir en el Gran Ducado de Lituania, trabajando y practicando su fe sin restricciones, y prometiendo exenciones de impuestos, por diez años en el caso de los campesinos:
    “Abrimos nuestra tierra, soberanía y reino a toda persona de buena voluntad.”

    Vilnius ya existía antes del reinado de Gediminas; pero esta carta es la primera fuente escrita en la que es mencionada, y además como capital del Ducado, por lo que 1323 se considera oficialmente el año de su fundación.
    En esta y otras cartas, insistía en sus suspicacias respecto al Cristianismo, debido a los crímenes de los Caballeros Teutones, aunque declaraba su intención de ser bautizado.




    Fotografías: Esther González.


    Merece la pena buscar a los autores de estas obras de la calle y la ciudad, porque detrás hay magníficas historias, de artistas que tratan de aprehender con una imagen, y a veces con alguna frase o palabra, una inquietud, una reflexión que golpea con su hondura y precisión.

    Hay muchas páginas en Internet dedicadas a los graffiti de Vilnius.
    Gediminas, en su carta de 1323, también se dirige  “a las generaciones futuras”.
    De algún modo, aun con edificios extraordinarios ennegrecidos por la 2ª Guerra Mundial, o la imposibilidad de recursos para restaurar este patrimonio; de su larga oscuridad en invierno, o la climatología; Vilnius, recorrer su empedrados medievales y su modernidad, cala, y los viajeros de a pie regresamos con "el lobo de hierro" dentro, su boca abierta emitiendo un aullido que sólo nosotros oímos.
    El aullido del arte y de la vida.


    Páginas de interés:
    http://viajedearquitectura.com/guias/8.pdf
    lituanus.org
    http://www.muziejusalka.lt/en/

    Wilfred Owen: "Si tú también pudieras, en tus sueños..."

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    Wilfred Owen murió al amanecer del 4 de noviembre de 1918.
    Tenía 25 años.

    Poeta desde muy joven, estudiante con esperanzas sin beca, religioso desalentado, profesor de inglés explotado en Burdeos... La Primera Guerra Mundial significó "el punto de giro" de su vida.

    Leyó sus poemas entre las paredes del Salón Dorado de Robbie Ross, el amigo incondicional de Oscar Wilde, que recogió a su muerte cualquier vestigio de su producción, incluidas falsificaciones, para constituir un "trust" que entregó a los hijos de Wilde, Cyril y Vyvyan. 

    Cyril también moriría en la guerra; como el propio Wilfred, emblema poético de su generación, previa a las Vanguardias, uno de los tres mejores poetas de ella, junto a Charles Sorley y Isaac Rosenberg -que tampoco sobrevivieron- en palabras de Robert Graves.

    Wilfred trataba de atravesar el Canal de Oise-Sambre, cerca de la frontera belga, cuando se cree que una ráfaga de ametralladora desde la orilla contraria le acribilló; faltaba una semana para el 11 de noviembre, fecha en la que se firmó el Armisticio con el que concluía la guerra.

    Ese verano había concluido lo mejor de su producción poética; su "Dulce et decorum est", cuya parte final dice


    Si tú también pudieras, en tus sueños,
    caminar tras el carro adonde lo arrojamos
    y ver cómo sus ojos se marchitan,
    ver su rostro caído, como un demonio hastiado;
    si pudieras oír con cada sacudida
    cómo sale la sangre de su pulmón enfermo,
    obscena como el cáncer, amarga como el vómito
    de incurables heridas en lenguas inocentes,
    amigo, no dirías entusiasta
    a los muchachos sedientos de una ansiosa gloria
    esa vieja mentira: Dulce et decorum est
    pro patria mori.

    (Traducción de Gabriel Insausti)


    Como escribió en el Prefacio a la primera edición de sus poemas, que nunca vio, los poetas sólo pueden avisar.

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